Por Leonardo Vinci.
El portal Montevideo Zoo dice que los animales han ejercido desde siempre una enorme atracción sobre el ser humano. La tradición de los zoológicos se remonta al Antiguo Egipto donde existió una colección que llegó a reunir 112 animales.
Los zoológicos comenzaron a funcionar en la época de la reina Victoria de Inglaterra, a fines del siglo XVIII y principios del siglo XIX. En ese entonces, éstos estaban asociados a la idea de colección de animales, aunque simplemente tuvieran un ejemplar por jaula. Lo importante era tener grandes cantidades, sin importar cuales fueran los requerimientos de cada una de ellas.
Las páginas electrónicas de la BBC nos dicen que aunque las colecciones de animales datan de milenios, cuando emperadores y reyes los tenían para su propio entretenimiento, fue en Viena, Austria, donde se inauguró el primer zoológico en 1752. Desde entonces se ha convertido en un lugar habitual en las grandes urbes.
En la actualidad, cada vez es más fuerte la resistencia a la existencia de estas verdaderas cárceles, y uno de los argumentos que se imponen para que no existan más zoológicos es que los animales no se encuentran en su hábitat, lo que va en contra de su naturaleza.
«Es imposible reproducir el entorno de animales como el león, el tigre o los lobos, por hablar de los más conocidos. Ellos necesitan un territorio amplio, con ríos, con vegetación. Y eso no ocurre en ningún zoológico del mundo», le dijo a BBC Mundo el veterinario Bernardo Luque Cuello.
Y para que continúen abiertos los grandes parques, habrá que escuchar a la Asociación Mundial de Parques Zoológicos y Acuarios, la que establece que los zoológicos deben ser instituciones científicas serias y respetadas tanto por la comunidad científica como por la conciencia del público general.
Deben ser líderes y mentores en la educación formal e informal en pro de la conservación. Su rol educacional debe ser relevante influenciando los valores y comportamiento de la gente.
Deben apoyar activamente los programas de conservación en vida libre.
Deben manejar las poblaciones animales manteniendo su salud genética para su viabilidad a largo plazo en caso de ser necesaria su reintroducción.
Además de garantizar la salud genética de sus poblaciones, los zoológicos deben lograr el mejor estándar posible de bienestar animal, entendiendo por bienestar animal el estado de satisfacción de las condiciones biológicas psicológicas y ambientes que requiere un animal para desarrollarse, vivir sano y expresar su conducta naturalmente.
Debe garantizarse su salud física y psicológica.
Para nosotros, está muy claro que en el futuro, no debería autorizarse la instalación de ningún zoológico más en el territorio nacional.
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