Por el Dr. Carlos Albisu
El pasado viernes 13 de marzo, regresábamos de una reunión con el Presidente Lacalle Pou, el Secretario de la Presidencia, el Ministro Uriarte, el Presidente de la Adm. Nacional de Puertos, y representantes del gobierno de Brasil. Era una reunión que estábamos preparando desde hacía tiempo, con la Asociación de Cultivadores de Arroz, porque el Estado de Río Grande, está muy interesado en sacar mucha de su producción por el río Uruguay, que alcanzará así los volúmenes de carga necesarios para viabilizar la hidrovía. A las cuatro y media de la tarde, cambió todo; llegó la noticia de que el coronavirus estaba Uruguay, con dos casos en Montevideo y dos en Salto, y resolvimos bajarnos de la campaña; porque desde enero ya conocía la gravedad de la epidemia en China y Europa, y sentí necesario sumar esfuerzos desde mi profesión de médico.
La campaña quedó en suspenso, el proyecto y las reuniones sobre la hidrovía quedaron fueron postergadas, la presentación de nuestro Plan de Gobierno, sin fecha, y nos sumamos al esfuerzo general que, encabezado por el Presidente Lacalle y su gobierno, está haciendo el Uruguay para sortear con éxito el desafío de contener el contagio.
Hemos contribuido, por razón de la cercanía política con el ejecutivo, en acelerar gestiones, trasmitir información de necesidades del departamento, nos hemos reunido con el Jefe de Policía, con el Centro Comercial, (que aportó una batería de sugerencias); pero no hemos olvidado las cosas que la crisis del Coronavirus dejó en un segundo plano. Antes que llegara el Coronavirus, Salto tuvo dos casos de dengue, (también en Concordia), está el problema de la Leishmaniasis, es necesario resolver el tema del vertedero municipal, utilizando la experiencia extraordinaria y el modelo de la Intendencia de Florida, los problemas del turismo y del comercio, los que ya tenía, y los que se le han sumado ahora; son todos temas que tenemos presentes, y para los cuales están trabajando nuestros equipos, desde sus casas.
Pero la realidad es que la agenda la fija el virus, aunque tenemos la tranquilidad de ver que las respuestas que se están dando, desde el punto de vista médico, epidemiológico, y de mitigación de las consecuencias económicas y sociales que genera el enfrentar la epidemia, son sensatas, cuidadosamente planificadas en medio de la urgencia, comunicadas con absoluta transparencia, y por eso han merecido la aprobación ampliamente mayoritaria de la población, cuya cooperación es imprescindible para salir airosos de esta crisis.
El Presidente Lacalle, ya está pensando en «el día después», aunque todavía no sabemos «si el túnel que transitamos será corto o largo»; y eso mismo debemos hacer nosotros, cada uno desde su puesto, tanto los que están en la primera línea como el personal de salud, la policía, el ejército, como los que están en sus casas «en cuarentena», porque eso es también vital.
Mantener aislado al virus, es la forma de controlarlo. El gobierno ha apelado exitosamente al cumplimiento voluntario de la «cuarentena» por parte de la ciudadanía, y es necesario mantener esa situación. «Quedarse en casa», también dar la pelea contra el coronavirus, con la certeza que ese pedido no se extenderá ni un día más de lo necesario, y en la confianza de que habiendo hecho tanto en tan poco tiempo, vamos a salir de la mejor manera de esta circunstancia. En definitiva al Coronavirus, lo derrotaremos entre todos.
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