DE A UNO
En algunos comercios, locales y centros de asistencia la gente respeta las medidas de no aglomeración y evitar que haya muchas personas en un recinto pequeño. Es bueno que además del uso de tapabocas, la gente respete no ingresar a lugares donde hay mucha gente, sobre todo si se está atravesando por una patología respiratoria aunque sea mínima. Es cuestión de responsabilidad y de cuidarse y cuidar a los demás.
A ESCONDIDAS
Un lector dijo que su hijo fue a jugar un partido de en una cancha de fútbol 5 la cual no quiso revelar debido a que dejaría en evidencia que se están alquilando horas en la misma a escondidas. “Lo vi que llegó con vestimenta deportiva y le pregunté si había visto mucha gente en la calle, a lo que me contestó que no había visto mucha porque había ido a jugar fútbol 5” dijo. Sea quien sea el propietario de la cancha está incumpliendo con las medidas sanitarias para que el virus Covid-19 no siga afectando a más personas, no debería de estar alquilando horas y al igual que las demás canchas de fútbol 5 debería permanecer cerrada.
UNA CARAVANA
Una mujer que circulaba por zona céntrica el lunes por la mañana dijo que la gran presencia de vehículos que circulaba por calle Uruguay era muy similar a una caravana de festejo futbolístico o político. “No podía aumentar metros por la calle, había muchas motocicletas delante” aseguró. Por otro lado también dijo que las colas de espera en varios locales de cobranza o de préstamos en efectivo eran impresionantes y superaban la media cuadra de largo, a su vez, pocas personas usando tapabocas y sin cumplir con la recomendación de respetar cierta distancia para evitar el contagio.
CLASES EN ESCUELAS RURALES
Un lector, con conocimiento del tema, aporta información al respecto. “Imaginemos un coche de transporte colectivo en la terminal del Salto Shopping, que cumple un trayecto por el interior rural. Son las seis o siete de la mañana y esperan para abordarlo 40-50 personas, que viajan a la ‘campaña’. De ese numeroso grupo, 10 son maestros. Sentados, van 40-44 pasajeros. El resto, parados. En el trayecto, cada tanto, el coche se detiene para que bajen unos y asciendan otros (entre los cuales muchos escolares, que a veces van y vienen al cuidado de los maestros). El ómnibus se mantiene completo con 10-15 personas que viajan paradas. Muchos bajan, otros suben, en un viaje que puede durar de 20 minutos a varias horas”, comenta con propiedad el colaborador de Latidos.
ESCUELAS RURALES (II).
El vecino, habitante de la ciudad, prosigue: “Usted, amigo lector, ¿se animaría a viajar en esas condiciones? Si usted fuera maestro o maestra ¿qué haría? Iría a una escuela rural a dar clases durante varias horas y compartiría con alumnos y padres (hay escuelas rurales que tienen 100 -200 alumnos), para luego retornar a su casa donde lo espera una familia, un esposo/a, hijos, padres mayores. A eso, hay que sumarle la exhortación del gobierno a quedarse en casa. Como a veces dicen algunos: la dejo picando para que se piense sobre la futura situación”.
ESCUELAS RURALES (III)
Al final del extenso relato, el preocupado ciudadano, dice: “Ah, me olvidaba. Hay que tener en cuenta que son muchos los maestros de Paysandú y Artigas que, a diario, viajan a Salto a dictar clases en escuelas rurales. Además, debe preverse el intenso movimiento que se va a generar en la terminal. En las primeras horas de la mañana, al mediodía, a media y al final de la tarde, cuando retornar los funcionarios de primaria”.
Latidos