martes 23 de abril, 2024
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Seguridad social y jubilaciones

Estudio Signorelli & Altamiranda
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Estudio Signorelli & Altamiranda

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Por el Ec. Joaquín Forrisi
Para el Estudio Signorelli&Altamiranda
En las últimas semanas ha sido de relevancia el asunto de la reforma de la seguridad social, lo que implica en términos prácticos, cómo serán las nuevas reglas de juego para trabajadores independientes y dependientes de sus aportes cómo activos y cómo será su retiro una vez culminado su actividad laboral.
En toda reforma previsional existen ganadores y perdedores, pero en el neto los perdedores suelen ser más que los ganadores y estas pérdidas se caracterizan por ser a largo plazo, pues el cambio en las reglas suele incluir mayor tiempo para jubilarse o condiciones desventajosas en términos de aportes vs. jubilaciones.
En Uruguay, desde 1996 el sistema de seguridad social es mixto, con un pilar solidario y uno de capitalización. En el pilar solidario, bajo la administración del BPS, los activos aportan a las arcas estatales bajo la “promesa” de que el Estado luego se hará cargo de su jubilación, sin existir necesariamente correlación entre lo aportado y lo percibido, además de que son fondos que se aportan hoy y se gastan hoy, no existe una “cuenta corriente” en el BPS. El pilar de capitalización es el aporte a las AFAPs, aportes que se destinan a una cuenta individual que el aportante entrega para que la AFAP invierta para que una vez que se vaya a jubilar su renta de retiro esté compuesta por: los aportes, más el resultado de las inversiones realizadas por la administradora menos las comisiones que la AFAP cobra.
Es de importancia destacar que el sistema jubilatorio de casi ningún país es sostenible utilizando 100% el pilar solidario, ello implica la gestión de una caja demasiado grande para los gobiernos y su manejo discrecional, sin respetar la sostenibilidad inter-temporal de los flujos, ha llevado a la quiebra de los sistemas, que se materializan en déficits fiscales crónicos y elevados o reformas abruptas de los sistemas jubilatorios.
Cabe destacar que además existe un número importante de cajas de retiros paraestatales -Caja de Jubilación Profesional, Caja Bancaria, Caja Militar, etc.- en las que ciertos colectivos han logrado a lo largo de los años un “trato diferencial” en cuanto a su jubilación. Menos años para el retiro o mejores ratios entre aportes y jubilación son algunos de los beneficios que obtienen quienes aportan a las mismas. En el país, muchos de los sistemas jubilatorios paraestatales son insostenibles, ello implica que los fondos que reciben o esperan recibir no logran cubrir los compromisos que tienen actualmente o están asumiendo para con sus contribuyentes.
Desde el gobierno emergen comentarios que procuran dotar de sensatez al sistema, unificando todos los sistemas jubilatorios, ya que “el sistema enfrenta suficientes debilidades que justifican un examen global”i. De esta revisión seguramente surjan condiciones menos benignas para los activos, de hecho, en difícil pensar en una reforma que no requiera una reforma posterior, ya que el dinamismo de la productividad laboral así cómo el incremento de la esperanza de vida obligará a revisiones más recurrentes de los sistemas jubilatorios.
Por este motivo, la gestión propia del plan de retiro, planificando los montos a ahorrar, las aspiraciones de renta y patrimonio en la vejez así cómo las inversiones a realizar para mancomunar dichos objetivos es algo cada vez más importante en las familias. En las próximas entregas, comenzaremos a delinear los aspectos a considerar para un plan de retiro así cómo las alternativas de inversiones en función al apetito a riesgo de cada uno.