jueves 24 de abril, 2025
  • 8 am

“El desafio es la evangelización. La iglesia no tiene otra finalidad que no sea la de Jesucristo”

Por Melisa Ferradini
El 15 de agosto pasado, asumió como Obispo de la Diócesis de Salto tras haber estado en el mismo cargo, pero comandando la Diócesis de San José de Mayo. Arturo Fajardo, fue poco a poco en estos mese conociendo las diferentes capillas, parroquias y comunidades de la diócesis, tal como lo había anunciado al momento de asumir su pastoral. Cabe recordar que Fajardo en 1981 ingresó al seminario en Montevideo y fueron 7 años de los cúales tres fueron dedicados al estudio de la filosofía y cuatro a la teología. Su ordenación estuvo a cargo de San Juan Pablo II el 8 de mayo de 1988 en Florida. Realizó su vida sacerdotal en el comienzo junto a los jóvenes en la Pastoral Juvenil que se llama la Casa de la Juventud en Minas al lado de la Catedral, ahí estuvo durante 2 años. En el mismo lapso de tiempo también estuvo en la parroquia del barrio La Estación y luego lo enviaron al seminario como formador de los sacerdotes. Durante 8 años fue párroco en José Pedro Varela un pueblo en el norte del departamento de Lavalleja donde la parroquia estaba muy comprometida con la vida del pueblo. Por 13 años fué Obispo del departamento de San José y dese el 15 de agosto pasado asumió como Obispo de la Diócesis de Salto. En esta entrevista, nos compartió de su vida, sobre esta misión de ser mensajero de la palabra y la acción de Jesucristo y sobre su nueva posición en esta Diócesis de Salto.
-¿Qué implica para usted concretamente su nombramiento como Obispo de la Diócesis de Salto?
-Una gran responsabilidad y un gran desafio. Es una Diócesis mucho más grande, mucho más compleja, con muchas realidades desconocidas que estoy tratando de conocer. ”Dios no te pone donde no te puedes sostener”. El Obispo tiene la tarea de contactarse con la gente y con las parroquias, ese encuentro es lo mas lindo…”nosotros somos pastores de Jesucristo, tenemos que pastorear a las ovejas”… “Somos servidores del Señor, servidor de la alegría”
-¿Cúal fue su punto de partida de su vocación sacerdotal?
-Fue una vivencia de Fe. El Cristianismo yo lo vivo como una vida no como una doctrina ni como una moral, es un encuentro con alguien que nos transforma la vida. Descubrí en el Cristianismo el camino, la verdad y la vida. Más que un sacerdote lo importante es ser cristiano.
-Su largo período de vida parroquial se puede distribuir en diferentes etapas ¿Cúales son?
-La etapa más grande de trabajo fue la vivida con los jóvenes, una etapa preciosa; campamentos, salidas, encuentros, retiros en las localidades del Verdún y Arequita donde reuníamos a mas de 100 jóvenes. Luego la etapa de párroco en Varela (Lavalleja) fue linda. Acompañé a muchas personas a bautismos, casamientos y también estuve en momentos de enfermedad y pérdidas de seres queridos, era el “cura del pueblo”, yo era el “cura de Varela” me decían… Me sentía muy comprometido con el pueblo, conocía la vida de trabajo, participaba en una radio local, acompañaba en todos los momentos a la gente. Las grandes etapas fueron: la vida con los jóvenes, la vida parroquial y mi formación sacerdotal.
-¿Qué es lo que mas le ha alegrado de ser párroco?
-Acompañar la vida de las personas en los momentos de dolor y también en los de alegría. El cura puede acompañar a la familia a despedir un familiarr al cementerio y después puede estar en una comunión o en una boda…Acompañar la vida de la gente para mi es fascinante.
-¿Cómo es el día a día de un Obispo?
-Me levanto a las 6 y30. Me dedico un rato a la oración sino tengo una misa programada. A veces celebro misas en la tarde. Después trato de leer o preparo alguna actividad si hay que prepararla. En la mañana recibo personas, almuerzo, descanso y luego visito capillas o parroquias. Es todo nuevo para mí, ando por todos lados desde Bella Unión, Paysandú, etc. Todos los departamentos y ciudades tienen sus realidades muy diferentes.
-El Papa Francisco habla con mucha frecuencia del diablo, de sus tretas y maniobras.¿Cúal cree que es el mayor logro del diablo en la sociedad actual?
-La división. Es complejo definir al demonio. En la Biblia aparecen muchas imágenes, el enemigo de la naturaleza humana, el que divide. Lo mas fuerte es la división, en el fondo es hacernos descreer de la bondad de Dios. Divide, genera desconfianza, enemistad y la acción de Dios es todo lo contrario; es quitar barreras, abrir puentes, establecer comunión.
-¿Cómo ve la iglesia en nuestro país?
-La iglesia en el Uruguay es como dice el Cardenal Daniel Sturla…”pobre y libre”.. No tenemos ningún tipo de compromiso con el Estado ni con nadie. Hemos vivido un proceso muy grande de secularización y eso ha traído sus consecuencias. Es la sociedad mas secularizada de America Latina, es la iglesia con menos clero. Esto se debe al proceso tardío de evangelización en nuestro país. Recién en 1878 se establece el primer Obispado en Montevideo cuando en otros países se habian establecido mucho tiempo antes. EL Obispado de Salto se crea en 1800, recién en el año 1919 se nombra a un Obispo. Somos nuestras historias y tenemos cosas muy buenas y tenemos fragilidades como todo. El desafio es la evangelización. La iglesia no tiene otra finalidad que no sea la de Jesucristo…”la iglesia es como la luna, no tiene luz propia refleja la luz del sol, que es Cristo” . La iglesia presta también un servicio grande en la sociedad a través de obras, acompñamientos, servicios, etc. Tiene la misión mas importante que es enunciar la palabra de Jesucristo, su acción. Estamos viviendo un tiempo de reflexión en este tiempo de pandemia.
-¿Con qué espíritu llega a nuestro departamento?
-Llego con el mejor espíritu. Con las ganas de servir y de dejar mi vida aquí. Vengo con la mejor disposición, la mejor voluntad y a prestar mi mejor servicio y sumarme a su historia que tiene sus años. Le daré mi impronta personal porque cada uno es como es. Estoy contento me ha costado no lo voy a negar pero ahora para adelante.