viernes 26 de abril, 2024
  • 8 am

La Educación, esa gran oportunidad

Dr. Carlos Silva
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Dr. Carlos Silva

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Carlos Silva.
Edil Lista 404.
Partido Nacional.
Desde hace un tiempo es frecuente escuchar en el ámbito académico y laboral, que estamos viviendo una época de transición mundial, caracterizada por una economía globalizada, una sociedad del conocimiento, el uso de las tecnologías de la información, la comunicación por internet, la robótica, la inteligencia artificial, etc. Esos enormes cambios están modificando el mundo laboral y, en consecuencia, la demanda de profesionales, técnicos e idóneos con las habilidades necesarias para atender las necesidades actuales y futuras de las empresas y de la sociedad.
Los empleos actuales están sufriendo cambios importantes, por un lado, los que son más propensos a su automatización, son o serán, realizados por máquinas y dispositivos electrónicos, otros, se están modernizando y transformando rápidamente aplicando alta tecnología (por lo que necesitan más especialización); además de los que se basan en tecnologías digitales puras y duras. Y quedan algunos, que requieren de un trabajo rutinario y no demasiado calificado que permanecen, pero ocupando los lugares con menores remuneraciones.
Además, a esta situación hay que sumarle un pronóstico de mayor desempleo en los estratos sociales sin una escolaridad mínima, en contraste con una demanda importante de trabajadores altamente calificados, que dominen las nuevas competencias laborales. En este último segmento de la población, las demandas tienen un gran dinamismo y serán progresivamente más exigentes, lo que obliga a los profesionales a formarse permanentemente.
Esta nueva realidad, exigirá cambios en las instituciones que deberán formar individuos con nuevas habilidades donde además del dominio del lenguaje oral y escrito, las matemáticas y los conocimientos físicos y sociales, se deberán contemplar a las nuevas tecnologías digitales, el idioma, algunas características como liderazgo, adaptación, trabajo colaborativo y a distancia, y quizás, lo más importante, dediquen parte de su tiempo a la formación y superación personal y profesional.
Uruguay no escapa a esa realidad, y frente a esos desafíos algunas instituciones ya están trabajando sobre algunas prácticas impulsadas por países desarrollados, con planes de estudio modulares y flexibles adaptados a las necesidades productivas, implementando la educación dual, donde los estudiantes aprenden formalmente insertados en el mundo laboral, además de permitir certificar las habilidades adquiridas tanto en el trabajo como en múltiples fuentes.
Asimismo, las empresas deberán permitir que sus empleados estudien y se capaciten, que los estudiantes realicen prácticas laborales, en formato temporal de pasantías, y que se vinculen fuertemente con las instituciones educativas para llevar adelante investigaciones y desarrollos tecnológicos que les permitan una relación de ganar-ganar.
Por todo esto y mucho más, es la apuesta que debemos hacer para mejorar la educación de nuestro país y no va solo por el lado de la mayor inversión, que sin dudas es necesario, sino por el camino que tomemos, el de animarse a realizar los cambios necesarios para el nuevo escenario que tendremos por delante.