viernes 22 de noviembre, 2024
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Un regreso seguro y necesario a las clases presenciales

Colegio Médico del Uruguay
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Colegio Médico del Uruguay

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Sol

Dra. Catalina Pinchak.
Consejera del
Regional Montevideo del CMU
Durante la pandemia de Covid-19 los niños, niñas y adolescentes fueron seriamente afectados por el desconocimiento sobre cómo evolucionaría el virus, tanto en el mundo como a nivel nacional. No conocíamos su comportamiento, sus características de afectación, los grupos etarios que podían estar más comprometidos, cómo podía afectar a niños y adolescentes, ni conocíamos el rol de los más pequeños en cuanto al contagio de la enfermedad.
Y con el paso del tiempo la evidencia demostró que los niños y adolescentes se contagian menos y la mayoría son asintomáticos o cursan la enfermedad con episodios respiratorios leves (sobre todo en los menores de 10 años). Además, no son grandes propagadores del virus y, en definitiva, los centros educativos son un reflejo de lo que ocurre en la comunidad, habiendo mayor posibilidad de contagio afuera de la escuela que adentro.
Más allá de eso, sí sabíamos desde el comienzo que las consecuencias de que la población pediátrica y los adolescentes quedarán fuera de los salones seríanincalculables. Porque a pesar de que se implementaron diferentes formas de acercamiento al alumnado, pensando en superar de alguna manera la falta de la presencialidady poder estar presentes en sus vidas, la realidad es que igual se generaron perjuicios, y en algunos casos mucho más severos que en otros, de acuerdo con lo que empezamos a comprobar hoy en día.
Ocurre que la escuela es un lugar primordial para el desarrollo, un sitio que brinda oportunidades de aprendizaje, genera instancias motivacionales, brinda habilidades de superación y resolución efectiva de conflictos y también, en muchos casos, el centro educativo supone la forma de poder acceder a un adecuado programa de alimentación y nutrición, y de protección social.
Así, la inasistencia al establecimiento educativo se termina convirtiendo en una circunstancia que profundiza la inequidad en el aprendizaje, a la vez que reduce el apego a la educación formal, aumentando el riesgo de deserción escolar definitiva, entre otras tantas implicancias sociales. Todo esto, termina ampliando la brecha en detrimento de las personas socialmente más vulnerables.
Por lo tanto, queda claro que desde la SUP consideramos importante y fundamental que este año se retomen los cursos presenciales en nuestro sistema educativo, brindando a nuestros niños, niñas y adolescentes una red de apoyo, acompañamiento y protección que es única, y que no se sostiene de igual manera en el vínculo virtual.