Por el Esc. Gustavo Varela
En la columna del día 13 del presente, traté de explicar, lo que, generalmente, les pasa a los Intendentes de todos los partidos, que es la soberbia de terminar creyendo que pueden terminar haciendo lo que quieren, en función de tener muy pocos frenos legales y constitucionales en sus mandatos.- A la Junta Departamental la precisan para aprobar el presupuesto general de ingresos y gastos, y luego para muy pocas cosas más, pues gobiernan en base a resoluciones que no necesitan pasar por el cuerpo legislativo, y más, cuando dicha Junta tiene escaso carácter.
Indudablemente que esa práctica, produce una sensación de inimputabilidad en los jerarcas departamentales, que los termina haciéndoles creer que poseen, licencia para matar.
Como Bond, James Bond, el célebre agente 007, al servicio de la Reina.
Eso fue lo que ocurrió estos días pasados en el Departamento de Montevideo, con la Intendente Carolina Cosse.
Su fuerza política, aprovechando el 50 aniversario de su fundación (a la que aprovechamos desde acá a saludar), resuelve juntar alimentos para repartir en el mencionado departamento, y resuelve entregarlos a la comuna para que desde allí se distribuya.- A la Intendenta, no se le ocurre otra idea que, aprovechando la estructura del gobierno de TODOS los vecinos de ese departamento, y acompañados de una carta donde explica que esos alimentos los reparte el Frente Amplio, en un claro aprovechamiento político, sale, cual Reina de alguna comarca, a regalar dichos bienes entre los necesitados. Eso sí, sin olvidarse de los respectivos fotógrafos y especialistas en filmaciones, para registrar dicha procesión, para pasarlos en todos los informativos.
Faltaba más.
Unos días atrás, la misma Intendente, violando las normas del digesto departamental, inaugura un mural, pintado sobre los muros de uno de los Cementerios Montevideanos, de TODOS los montevideanos, homenajeando al ex presidente Tabaré Vázquez, donde sobresalen todo tipo de simbología, de la liturgia Frenteamplista.
¡Propaganda política, en los muros públicos de un Cementerio!
Un atropello descomunal.
Como esos dos ejemplos, hay una infinidad de acciones y omisiones, que llevan a cabo jerarcas de distintas administraciones, que no hacen más que mostrar de qué manera se percibe el Estado desde algunos sectores políticos.
Literalmente, creen que es propio, y como tienen un bolsillo grande, o “fácilmente endeudable”, todo lo que hacen es en función del derroche y el despilfarro.
La práctica repetida de esa forma de gobierno, lleva a la total degradación, de ese sistema de pesas y contrapesas que es necesario tener, para el efectivo control de las autoridades.
La Argentina y sus últimos ejemplos tanto en la vacunación a los jerarcas y no al pueblo, como en las condenas de figuras siniestras del pasado reciente, son claros ejemplos.
¡Ojo!, que no se termine como allá.
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