Por Gustavo Varela
En la mañana de ayer, a punto de comenzar la jornada de trabajo, recibo la noticia del fallecimiento del tres veces Intendente de Salto, Esc. Eduardo MalaquinaUgolini.
Político de raza, de un tiempo hermoso, que con toda seguridad no volverá más, donde los adversarios políticos luchaban a brazo partido, pero donde se conservaban determinado límites, que eran totalmente inviolables.
Fue la única personalidad Salteña, que ocupó durante tres períodos el gobierno departamental, y su obra, fundamentalmente se orientó en el aspecto educativo, donde, bajo el paraguas de los gobiernos del Dr. Sanguinetti, implantó la Regional Norte de la Universidad de la República, posibilitando que los jóvenes que vivían al Norte del Río Negro pudieran iniciar algunos de los estudios universitarios, que dicha cas imparte.
También en el momento donde el Prof. Germán Rama iniciaba la reforma impulsando los bachilleratos tecnológicos, puso todo el peso político para que en el ex local de la Urreta, se instalara la Escuela de Administración y Servicios de Salto, del que somos orgullosos integrantes del plantel docente, que le dio un gran impulso a la educación de la UTU.
Instaló el CERP, donde se preparan muchos docentes, que posteriormente inparten clases en tantos Institutos educativos.
Lideró durante años el Partido Colorado en Salto, y junto al Cr. Eduardo Minutti, generaron un gran clásico, que acaparó la atención política de todo un Departamento.
Eran épocas de tener la camiseta Malaquinista o Minuttista, la que en cada elección aglutinaba a la gran mayoría de votantes de ambos partidos.
Durante sus mandatos, fueron los inicios políticos de nuestra generación.
Lo enfrentamos y fuimos duros críticos de un sinfín de aspectos con los que no estábamos de acuerdo, y que como consecuencia de nuestra juventud quizás exacerbamos en demasía nuestras pasiones, no en el contenido de las críticas como sí en su intensidad.
A la distancia de aquellos años, sin arrepentirnos de las causas que defendíamos, pues hasta hoy estamos convencidos de las mismas, quizás las podríamos haber realizado dándole otros colores.
Si bien hace mucho tiempo que estaba retirado de la actuación pública, fue un referente ineludible para mucha gente.
Hoy pasa a la eternidad ese gran dirigente político que fue el Esc. Malaquina.
Esta no fue una columna biográfica, pues su vida ha sido mucho más de lo que hemos podido comprimir en la presente, sino que ha querido ser un recuerdo en memoria de quien, no habiendo sido nunca un referente político para este escriba, sí fue un formidable adversario político.
Vaya para su familia y su partido, un respetuoso saludo en su memoria.
Columnistas