viernes 3 de mayo, 2024
  • 8 am

El tumor que fue: «una cicatriz de oreja a oreja»

«Me fui a hacer el examen para covid-19 en USA y una enfermera me dice ‘esperá que ya vengo’. Cuando volvió me dice ‘vamos a hacerte una resonancia’ y me dice ‘lamento decirte que te vas a tener que quedarte acá. Tienes un tumor en la cabeza, hay que sacarlo. Y bueno, lamentablemente tuve que ser operado de la cabeza, me sacaron el tumor, pero hoy estoy muy bien y ya en mayo retorno a USA. Hago todo lo que me recomiendan los médicos, con mucha fe más que nada. Me quedó la cicatriz en mi cabeza de oreja a oreja. Lo más importante es hoy estar contando esa anécdota, gracias a Dios con la técnica que me sacaron ese tumor no quedó absolutamente nada, y pude ganar este partido que se me presentó en la vida».


El consejo de Fernando Morena «para toda la vida»

«Cuando voy a estudiar a Montevideo para profesor de eduación física, juego en Huracán de Paso de la Arena en su mejor momento. Hicimos una gran campaña en la ‘B’, perdimos la final con Liverpool. Después el padre del ‘Patito’ Aguliera me lleva a River Plate, con Elbio Hernández, Julio Ribas, Víctor Púa, Alexis Noble, Heber Revetria, Gustavo Poyet, los hermanos Franco. Hasta que Fernando Morena, cuando me recibo, me dice ‘ahora dedicate a tu profesión que vas a triunfar, te quedan pocos años de fútbol, pero como profesor toda la vida’. Y así fue que empecé, con Morena como técnico y yo como preparador físico, para iniciar un largo recorrido en el fútbol. Me voy a Centroamérica con Juan ‘Chueco’ Masnik, a El Salvador, donde estuve 10 años con diferentes técnicos, después estuve en Guatemala junto a varios técnicos, tuve a un yugoslavo, hasta llegar a USA, donde estoy hasta hoy.»


El «nooo, soy de Nacional» al ‘Tito’ Goncálvez

«Cuando fui a la gira con la selección uruguaya juvenil en 1975 pude haber jugado en el fútbol profesional. A mi regreso de Francia, en Carrasco cuando bajo del avión me esperaba el ‘Tito’ Goncálvez, y don Raúl (Bentancourt) me dice ‘mire que ‘Tito’ quiere hablar con usted’. Para mí fue un honor que Goncálvez de frente me dijera ‘te felicito, anduvistes muy bien’. Le dije ‘gracias’ y lo miraba asustado. Y me dice ‘tengo órdenes de llevarte a Peñarol, ya hablamos con tu club en Salto, sólo tenés que firmar el contrato’, y le dije ‘nooo, yo soy de Nacional, a Peñarol nunca voy a ir’. Primero estuvo tranquilo y después se calentó, y me dice ‘mirá guacho, las oportunidades en la vida pasan una vez sola, aprovechala porque después no vas a tener otra’.


Tenía sólo para el pasaje en tren y se vino igual

«Tuve pasaje por las inferiores de Nacional, con Alfredo De los Santos, Darío Pereira, Juan Ramón Carrasco, Alberto Bica. Nunca me había separado tanto tiempo de mi familia, extrañaba. Me sirvió para aprender. El DT era un argentino, Miguel Á. Ingominielo, venía de Boca. La idea era hacer algo parecido. Nos hacía pasar hambre con sus dietas de jugador profesional y yo acostumbrado a comer comidas abundantes y fuertes en nuestra casa. Nos daban un plato de sopa, una porción de arroz con pescado. Compartí lindos momentos, con el salteño ‘Ajo’ Gerolami, Manga, Mantegazza, Mujica, ‘Peta’ Ubiña, una experiencia porque vivíamos en Los Céspedes y el plantel superior iba a entrenar con nosotros. Un día estaba mirando de afuera, faltaba uno para el entrenamiento de primera y me dicen para entrar, en 2′ estaba dentro de la cancha con ellos, otra de las cosas inolvidables. Una noche allí le dije a Carrasco ‘mañana voy al Parque Central para pedir el pasaje y me vuelvo a Salto’. Él me decía ‘no que te vas a ir’. Lo único que tenía era pasaje en tren, salía $14 y me vine, 19 horas de viaje, con la mentira que era por el fin de semana y el lunes estaba de vuelta. Pero no volví. El gerente de Nacional era el ‘Pato’ Galvalisi, salteño que fue gran jugador del club, me llamó varias veces para que volviera, pero me quedé en Salto».