viernes 26 de abril, 2024
  • 8 am

Bochinche al plato

Gustavo Varela
Por

Gustavo Varela

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Por Gustavo Varela
Este 25 de agosto que pasó no fue uno más, de los 196 que han pasado desde que se declaró la Independencia para unos, o para otros desde que comenzó el proceso independentista del Uruguay.
Digo que no fue uno más, tanto por ser el primero que se festeja masivamente desde que comenzó la pandemia, como también por ser el primero en el que el barullo predominó por sobre la reflexión histórica.
Un sinfín de delegaciones, que precisamente no concurrían a rendir homenaje a la fecha patria, se trasladó hasta la zona de la “Piedra Alta” Florida, a los efectos de gritar (y compitieron a ver quién lo hacía más fuerte) contra el gobierno, contra la vacuna, contra la pandemia, contra personalidades del mundo (Bill Gates, o la camiseta número 30 de Messi), y contra todo lo que apareciera por la vuelta.
El Presidente de la República al llegar tuvo que soportar los siguientes epítetos:
“Vende patria, ladrón, genocida, delincuente, alcahuete, traidor, rata”, fueron algunos de los más finos que se escucharon desde las filas de las delegaciones del Pit-Cnt, y de los anti vacunas, comandados por un díscolo personaje, megáfono en mano.
Protestaron por los recortes, por el nuevo Orden Mundial, por el genocidio de niños que se quiere vacunar, porque Messi va a usar la camiseta número 30 (sí, aunque usted no lo crea) pues implica que el comunismo chino va a comenzar en el año 2030, porque no pueden circular (no se sabe cómo hicieron para llegar), porque no pueden viajar, en fin todo un eterno bochinchómetro, que no hace más que confirmar que la grieta en el Uruguay está instalada, y que unos y otros de los protestatarios son funcionales y se complementan, pues el ruido sirve para desestabilizar el ambiente.
Ese es, lamentablemente, el clima que se deberá transitar durante todo este año, y hasta que se lleve a cabo el referéndum contra la ley de urgente consideración, si las firmas presentadas alcanzan.
“Cuanto peor, mejor” es el lema que unos y otros, a pesar de que parece que van por carriles diferentes, pregonan para que parezca que las cosas no funcionan, pues solamente en ese clima pueden desarrollar su accionar político.
Argumentos irracionales, accionar irracional contra todo lo que se mueve, bochinche irracional es la hoja de ruta que nos espera durante el 2021 y buena parte del 2022, pues el referéndum es la “bala de plata” que tienen para atacar el gobierno.
Ya se empieza a ver la estrategia que tienen algunos personajes para ir ubicándose en posiciones políticas preponderantes, que los catapulte hacia posiciones importantes en la próxima campaña electoral.
Ese es el país que representan, sin argumentos, sin planificación, sin ideas que pueda prender en la gente.
Se han quedado sin fondos para tirar como serpentina o papelito picado en carnaval, como lo hicieron otrora.
Sólo pueden apelar a explotar los descontentos que nada tiene que ver el gobierno, pero que sirven para hacer ruido, y aprovechan de los otros irracionales, que siendo “negacionistas”, no saben debatir, pero sí saben gritar.
Unos y otros disfrutando de la libertad, que ese sí es un valor que éste gobierno se ocupa de asegurar.
Cuesta tolerar tamaña irracionalidad, pero es necesario hacerlo.
Ese es el diferencial de Uruguay.