Por el Esc.
Gustavo Varela.
Hace un par de semanas, en éste mismo espacio, ponía la atención sobre la necesidad de reforzar las potestades de los órganos de contralor de la República, en virtud de los desbordes que desde las diferentes jerarquías se daban con los recursos que los contribuyentes aportan por diferentes vías.
Estas últimas semanas, aparecen tres claros ejemplos de lo que expreso, y que muestran la poca “atención” o la mucha “displicencia” que algunas personas, que ocupan destacados cargos de gobierno, tienen para con el dinero que administran en diferentes ámbitos.- El Intendente de Lavalleja Mario García, que con suma ligereza da en concepto de compensación de $.72.000 mensuales a su hermano, que funge en un cargo de confianza en dicho gobierno departamental, el Alcalde que manejaba el gobierno local de Florencio Sánchez “Barranca abajo”, y la construcción del Antel Arena en la administración de Carolina Cosse, que habiendo presupuestado la obra en U$S.50.000.000, termina costando, la friolera suma de U$S.120.000.000.
Son tres casos, surgidos en las últimas horas, que se suman a paradigmáticos casos ocurridos en el pasado, y que muestran nada más y nada menos, como se utilizan los dineros que los gobernantes tienen a disposición, cuando se quiere construir carreras políticas a futuro.
Como notarán los lectores, el ojo de este escriba no mira en una sola dirección, sino que por el contrario, hacia donde apunta es a alertar sobre prácticas que es común ver, las que la Junta de Transparencia y Ética Pública, califica como violaciones a principios de legalidad, transparencia y buena administración.
No podemos decir que todos los jerarcas actúan de esa manera, pero es una práctica mucho más común de lo que se cree.
Obras faraónicas que no se precisan o no son la prioridad, desvíos de recursos económicos para financiar política, gastos en comunicación para pagar favores o para tapar gestiones ineficientes, son casos típicos de los que estamos acostumbrados a ver en todos los ámbitos, y que intentan disimular lo mal que se actúa.
Ahí están muchas veces los recursos que faltan en otros lados.
Tenemos que estar alertas, pues estas cosas van a ser moneda corriente en el futuro, como han sido en el pasado, pues a los únicos que perjudican es a los contribuyentes.
Cuando se pide que se explique que es el famoso “Costo País”, tenemos que decir que es nada más y nada menos que lo que hemos explicado.
Y para erradicar esas perversas prácticas, debemos endurecer las normas de contralor, para que las jerarquías sientan que no vale todo cuando de manejo de los dineros ajenos se trata.
Se pueden equivocar sí, pues son personas normales, pero cuando se hace adrede, se debería pagar con la restricción de la libertad pero también con devolución del daño provocado, como una manera de que sientan temor de apartarse de las normas legales.
Deberíamos de tomar cartas en el asunto lo más rápido posible, pues vamos a ver cada vez más casos en el futuro.
Es mejor prevenir que apagar los incendios que se producen, pues en cada peso que se tira, está el futuro de cada uruguayo.
Columnistas