Por el Dr. César Signorelli
Esta pareciera ser la pregunta que nadie se hace, ni tiene interés en hacérsela.
En efecto, la celebración de las elecciones de los representantes sociales para integrar el Directorio del BPS (son cuatro Directores políticos designados por el Poder Ejecutivo y tres sociales, activos, pasivos y empresas) han despertado interés o atención por cuestiones meramente particulares individuales de los obligados a votar, desconsiderando por completo el contenido, significación y alcance del acto.
Por un lado, una vez que las personas se enteran que son obligatorias, la preocupación radica en conocer cuáles son las consecuencias de no ir a votar, la que crece cuando se enteran que se aplican multas y que incluso el empleador podría negarse a pagar el salario si no se acredita el voto.
Muchas consultas radican en el alcance de la obligación del empleador si sus empleados no concurren a votar.
Como puede apreciarse, muy pocos buscan interiorizarse del contenido de la elección, para qué se votan directores sociales, qué importancia tiene esto. Siquiera se conoce masivamente quiénes son los candidatos y qué ideas representan o sostienen. Ni hablar de la función o papel que estos cumplen.
Incluso ha tenido mayor espacio y ayudado más a su difusión una cuestión absolutamente marginal, como lo es la ley que exceptúa en esta ocasión de la veda de alcohol por coincidir con la disputa de un partido internacional en nuestro país ese día, que el contenido de las elecciones.
Ese poco interés ha llevado a cuestionar la obligatoriedad de estas elecciones, aspecto que no es novedoso, pero que había pasado desapercibido debido a que no se habían registrado pujas electorales por los cargos en disputa. Había entonces un representante de los trabajadores que provenía del PIT CNT, uno por los pasivos de ONAJPU y un representante de los empleadores que provenía de la Cámaras empresariales.
De tal modo, en ausencia de esa disputa, no se había exigido esa obligatoriedad rigurosamente.
Pero el escenario se ha visto drásticamente modificado y se presentan siete candidatos para tres cargos.
El Movimiento Un solo Uruguay presenta candidatos en los tres órdenes, todos con la misma plataforma programática, la Arqta. Virginia Baz por los pasivos, Luis Lisboa (funcionario del BPS) por los activos y José Pereira, un empresario de Maldonado.
Los ruralistas y la mayoría de las Cámaras Empresariales y Centros Comerciales presentan a Marcelo Ríos, quién promete trabajar para detener los atropellos que a su juicio comete el BPS con los empresarios y a defender a las empresas registradas y promover la fiscalización de las que no lo están.
El PIT CNT presenta la continuidad de Ramón Ruiz (que tuviera decisiva intervención en la solución a los cincuentones) y Sixto Amaro, por los activos y pasivos respectivamente.
Finalmente Héctor Morales, que se presenta por los pasivos y ha denunciado ser víctima de un ataque a la democracia, por haber sido ignorado por la prensa.
Ahora bien, vayamos a la pregunta del título, la que tiene una respuesta muy sencilla, pero también muy importante.
Los integrantes sociales del BPS tienen las mismas facultades y competencias que los cuatro representantes políticos, de modo que estas elecciones son una oportunidad de que trabajadores, pasivos y empresarios participen en las decisiones en materia de Seguridad Social, en plena discusión de su reforma.
Dependerá de cada uno decidir si se siente obligado a votar, o a informarse para votar.
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