viernes 26 de abril, 2024
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Los primeros “Buques a Vapor” en la Cuenca del Plata, en 1851-52, que unían Montevideo con Salto

Por Cary de los Santos.
PRIMERA LÍNEA DE VAPORES
ENTRE MONTEVIDEO Y SALTO
En 1852 el joven porteño Agustín Silveyra [1], capitalista y emprendedor naval, adquiere los vapores «Progreso» y «Palmira», con la idea de cubrir la línea del puerto de Montevideo hasta el puerto del Salto Oriental. Era la primera vez que una empresa de navegación fluvial y a vapor establecía una línea en el río Uruguay, llegando hasta nuestro puerto y viceversa.
VAPOR A RUEDAS A PALAS “PROGRESO”
El vapor Progreso, fue el primer vapor en llevar este nombre en la línea del Río Uruguay, anteriormente de haberlo adquirido don Agustín, había navegado en aguas brasileras con la denominación de «Porto Alegre». Sin embargo, el vapor Palmira, antes de pertenecer a la modesta flota de don Agustín, había sido comprado por orden del déspota tirano Manuel de Rosas, en tierras brasileras en 1848. Su denominación anterior era «La Carlota» siendo rebautizado con el nombre de «La Merced» al ser incorporado a la flota naval Rosista. Sobre su itinerario y otros datos más sobre los vapores de don Agustín, el Capitán Federico Merino, nos informa: “Cada uno de estos barcos efectuaba dos viajes redondos por mes, saliendo de Montevideo a Buenos Aires y puertos intermedios hasta el Salto. Si el río estaba crecido, entraban en Gualeguaychú. Llevaban pasajeros, carga y dinero a flete, cobrando ¼ por ciento por el oro y ½ por ciento por la Plata” [2]
ITINERARIOS Y PRIMEROS VAPORES
Un año antes, en 1851 había iniciado sus viajes mensuales desde Buenos Aires –Montevideo y Río de Janeiro, un pequeño vapor a hélice denominado «Esk», perteneciente a la «Real Compañía de Paquetes a Vapor». Durante el invierno de ese mismo año, se había puesto en venta el vapor norteamericano «William S. Peace», y la recién formada Compañía Oriental, lo adquiere y lo rebautizó con el nombre de «Río Uruguay», llamado vulgarmente – Palacio Blanco Flotante – por qué sus lujosas cámaras, su casco y los grandes tambores que encerraban sus ruedas a palas, estaban pintados de color blanco. Nuestro primer historiador Isidoro de María refiriéndose al buque, nos aporta otros datos, nada despreciables. “…El vapor Uruguay, de bandera nacional, que fue el primero que tuvimos en esa época y el primero también mercante, que surcó las aguas del Río de su nombre hasta Concepción, zahumando sus espirales los bosques frondosos de sus orillas… Estaba escrito que Uruguay había de llamarse el primer buque a vapor de la matrícula oriental; y Uruguay también el primero que salvó los arrecifes del Salto, remontando el alto Uruguay hasta Uruguayana (1860) ganando el premio ofrecido por el gobierno del Brasil al primer vapor que realizase ese viaje…”[3]
El 3 de setiembre de 1851 había entrado al puerto de Montevideo, el paquete a vapor «Prince» de la Real Compañía Inglesa, venía de Buenos Aires, y el día 25 de octubre había salido del puerto del Salto, la goleta argentina «Catalina», ingresando el día 4 a Montevideo. [4] El día 1 de julio de 1852, había ingresado el vapor oriental «Paraná» con 32 pasajeros al puerto de Buenos Aires, y el vapor americano «Manuelita» y el vapor brasilero «Río de Janeiro» salieron de ese puerto hacia Montevideo. El vapor paquete «Paraná» salía todos los lunes a las 4 en punto de la tarde con destino al puerto de Montevideo, ofreciéndose un excelente trato durante la carrera. Y el vapor paquete «Río de Janeiro», regresaba de Montevideo los martes, y salía de Buenos Aires los jueves, a la 4 de la tarde para Montevideo. [5]
VAPORES DE RUDIMENTARIA MAQUINARIA
En esa época los progresos tecnológicos no eran suficientes y los buques con grandes ruedas de palas fijas, tenían dificultad para navegar en alta mar con la máquina de vapor y se veían obligados a desplegar velas. En cambio, en los ríos, podían prender los fuegos de la caldera y navegar solamente accionados por vapor, llegando a una velocidad más o menos de 7 nudos. Pero, sin embargo, aún su maquinaria era muy rudimentaria y la presión del vapor no pasaba de dos o tres atmósferas y las calderas consumían muchísimo carbón y hasta se quedaban sin agua, debiendo detenerse, dejarlas enfriar y llenarlas nuevamente con agua del río. El vapor Progreso, poseía una máquina simple llegando a desarrollar una potencia de 15 caballos a vapor con un tonelaje bruto de 250, en cambio el vapor Palmira, poseía idéntica potencia y tonelaje a la del Progreso y desarrollaba una velocidad de 6 a 8 nudos. Sus características eran: 32 m de eslora, 8 m de manga, 6 m de puntal y tenía un calado medio de 2,8 metros. No pasaría mucho tiempo y el joven Agustín, encontraría la competencia en la línea Montevideo – Buenos Aires con los vapores de la Compañía de Hopkins, iniciándose la rivalidad comercial entre las compañías de navegación.
BIBLIOGRAFÍA Y REFERENCIAS
-[1] En 1864 deja Montevideo, retorna a su país, establece un astillero, construye 17 vapores.
-[2] Liga Marítima Uruguaya Tomo II “Obras Históricas del Capitán de Navío Federico G. Merino”, Los vapores de la década 1850 – 1860 (Páginas 102, 103 y 104).
-[3] Montevideo Antiguo – Los primeros buques a vapor venidos a Montevideo 1824 – 1840 Isidoro de María (Almanaque del BSE – 1959).
-[4] Diario de la tarde “LA DEFENSA” – Montevideo, jueves 1 de setiembre de 1851.
-[5] Diario “La Crónica” – Buenos Aires, 2 de julio de 1852.
Foto: -Río Uruguay crecido, vaporcito y algunas edificaciones del Pueblo Nuevo.

Foto2: -Dibujo del vapor «Río Uruguay» de Víctor E. Stoky de una litografía anónima de 1855. (Fundación HISTAMAR).