Por Daniel Spinelli
La imagen de un equino que el pasado fin de semana se desplomó en plena vía pública tras no poder dar un paso más al tirar un carro cargado de ladrillos, generó la indignación de mucha gente y de las autoridades de la Junta Departamental que están dispuestas a solucionar este problema. Al margen de este episodio puntual, este tipo de situación genera un claro maltrato animal, tomando en cuenta que los equinos que han sido rescatados bajo estas circunstancias suelen ser caballos malnutridos, golpeados y deshidratados. La situación pone de manifiesto la pendiente tarea de eliminar la tracción a sangre, determinada en cumplimiento de los derechos animales y leyes de tránsito que nunca han podido ser acatadas.
PROBLEMA CON TRASFONDO SOCIAL
En esta problemática convergen distintas aristas, en la que se destaca la realidad social: familias que se dedican a la fabricación de ladrillos, traslados (fletes) y a la recolección o reciclaje de residuos, como modo de supervivencia. Pero la idea es lograr eliminar el uso del caballo y sustituirlo por entregas de motocarros que pasarían a ser una forma de erradicar la tracción a Sangre. La utilización del caballo en las tareas del hombre en el campo siempre ha sido un aspecto sin discusión, sin embargo la utilización de estos animales en zonas urbanizadas y transportando pesos excesivos se considera más un maltrato que una necesidad laboral.
EN LA JUNTA
Ya hay un borrador que se estará analizando en el retorno de la Junta Departamental a sus sesiones que tiene que ver justamente con legislar sobre el tema y aprobar un proyecto que apunte a erradicar la tracción a sangre. La iniciativa que presentará la edil Menalvina Pereira Das Neves (Veterinaria), tiene como objetivos: a) Mejorar las condiciones de trabajo de los trabajadores informales , b) Asegurar condiciones de tránsito haciéndolas más seguras y equitativas , c) Mejorar y resguardar la calidad de vida de los equinos y d) La preservación del ambiente.
