martes 23 de abril, 2024
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Padre Martín Ponce de León será reconocido en Salto por su dedicación y servicio a la comunidad

Por Daniel Spinelli
La Intendencia y la Junta Departamental de Salto tributarán un reconocimiento al Padre Martín Ponce De León por su dedicación y trabajo social hacia la comunidad y destacado ciudadano. El sacerdote de 74 años, hoy afincado en la Parroquia San Pío X de la ciudad de Mercedes, lleva adelante hace 12 años el proyecto “La mesa compartida”, donde se brinda alimentos y compañía a personas solas o en situación de calle. Su humildad, solidaridad y espíritu jovial, lo han hecho cosechar muchos reconocimientos, aunque para él no hay mejor agradecimiento que la sonrisa de quienes reciben su calor. En diálogo con CAMBIO el sacerdote salteño relata su experiencia de vida entre los más humildes.
LA REFERENCIA DEL
PADRE JOSÉ MARÍA GIMÉNEZ
Martín concurría al Colegio Salesiano cuando la imagen y la bondad del Padre José María Giménez, lo impactaron a tal punto que quería ser como él. Esto lo llevó a continuar un camino de formación y dedicación en lo que respecta a ser salesiano y sobre todo a ingresar al seminario para transformarse en cura. Hace 45 años que el obispo de la época impuso sus manos en su cabeza transformándolo en ciervo de Dios para siempre. Pero fue Giménez quién lo marcó en sus años de infancia y juventud. Tras alcanzar la meta de ser sacerdote, Martín estuvo algunos años en la Escuela Agrícola de Montevideo. Posteriormente se radicó otros 14 años en la Obra Social Don Bosco en barrio Cien Manzanas y desde allí otros 14 años los pasó en Punta Rieles en Montevideo. Hace 15 años que está a cargo de la Parroquia de Mercedes en Soriano. Fueron pocos cambios, pero en cada lugar dejó su huella, no solo en la predicación de la palabra de Dios, sino en cuanto al desarrollo de proyectos de carácter social.
LA MESA COMPARTIDA
Hace 12 años que el Padre Martín lleva adelante el proyecto “La mesa compartida” que proporciona alimentos, abrigo o simplemente una compañía a cuidacohes, personas solas o en situación de calle que se aseguran con quién compartir la mesa de todos los días. Son unos 15 comensales que concurren 3 veces a la semana y que reciben no solo el alimento material, sino el espiritual, que tanto se necesita en estos tiempos. Con la pandemia, las personas que cocinaban debieron quedarse en sus hogares por cuidado y responsabilidad sanitaria y hubo que adecuarse, pero el proyecto nunca dejó de implementarse y de seguir adelante.
HAY MUCHOS QUE TRABAJAN EN SILENCIO”
Al consultarlo acerca del reconocimiento que se le tributará mañana en Salto, Martín dijo que hay mucha gente que trabaja en silencio y mucho por los demás, pero quizás tienen menos visualización. En lo personal dijo que es “un mimo al alma” por los años en que ha trabajado con situaciones “muy complejas y jodidas” desde el punto de vista social y a su vez un compromiso a futuro de continuar y seguir adelante. “Servir a los demás vale la pena”, concluyó.