Por Leonardo Vinci
Según se cuenta, en los Estados Unidos, en la Virginia del siglo XVIII, Charles Lynch, un coronel revolucionario, ejecutó a unos hombres sin juicio previo y regular. De allí el nombre de «linchamiento» dado a esta práctica.
Y aquí en Salto, hubo un linchamiento a mediados del 2017, tras un taller sobre sexualidad a cargo de madres de alumnos del liceo 1 de Salto.
Principalísimos actores de la izquierda, «lincharon» a la directora del centro, Profesora Diana Lucero.
Debido a la charla mencionada, fue separada de su cargo y se le inició un proceso de sumario descontándosele la mitad de su salario.
El asunto dio inicio cuando la diputada del Movimiento de Participación Popular Manuela Mutti denunció que en el liceo 1 «violaron la laicidad» de la educación pública, «con la anuencia y presencia» de la directora de la institución, Diana Lucero.
La legisladora dijo en su momento que «hace falta una denuncia pública, para que ciertos actores sociales e institucionales dejen de atropellar las normas vigentes y cesen en su intento de retrotraernos a antes de 1919, cuando el Estado y la iglesia católica eran una sola cosa».
Por su parte, la directora de Secundaria, Celsa Puente, dijo a medios de prensa que «es una situación grave porque la normativa en relación a los centros educativos públicos es muy clara en cuanto al cuidado que hay que tener de los materiales que se manejan y los discursos que se hacen circular».
A su vez. Margarita Libschitz, señaló que «en una institución educativa pública no se permiten hacer ningún tipo de selectivo religioso, ni político y este pasó por arriba ambas normas. Libschitz agregó que «hay que ir a fondo. La dirección no puede seguir trabajando. No es un error pequeño».
El montaje del sainete tuvo su punto culminante cuando ni más ni menos que la Ministro de Educación y Cultura, la Dra. María Julia Muñoz- que se encontraba en Salto- fue al Liceo para acompañar a un pequeño grupo de estudiantes que manifestaban en las afueras de la institución, entre los que se encontraban alumnos de la Universidad y del Cerp.
Como frutilla de la torta, la Dra. Muñoz condenó sin más trámite a la Profesora Lucero, y sin investigación alguna, manifestó que se había «violado la laicidad».
5 largos años han pasado desde que los derechos de una docente de intachable conducta, extraordinario currículum y ejemplar conducta cívica, fueron avasallados.
Hace pocas horas, el Tribunal de lo Contencioso Administrativo (TCA) puso punto final a las actuaciones seguidas en este asunto, fallando a favor, de la profesora Diana Lucero, anulando las actuaciones de Secundaria y CoDiCen, particularmente por severos vicios legales en el proceso.
Podríamos dirigirnos a los modernos cazadores de brujas, que se han dedicado a enlodar horas ajenas, y utilizar las palabras de Joseph Welch preguntándoles, ahora que la verdad ha salido a luz, «¿No tienen ustedes decencia, señores míos? ¿No les queda ya ningún rasgo de decencia?».
¡Pidan disculpas!
Y háganlo ya mismo.
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