viernes 29 de marzo, 2024
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¿Cómo contribuyó la ciencia uruguaya para que las lanas finas nacionales despierten el interés de Gucci?

Lanas finas uruguayas serán materia prima de las prendas Gucci luego de que la productora nacional Gabriela Bordabehere recibiera el premio Acción Climática en la Semana de la Moda Sostenible de Milán. Esta doble distinción resulta del trabajo realizado por la ingeniera agrónoma en los predios «La Soledad» y «Manantiales» de Tacuarembó en el marco del Programa de Ganadería Regenerativa, una iniciativa de Nativa Precious Fiber una marca del grupo Chargeurs y Lanas Trinidad, con el respaldo científico del Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA).
Alineados con las demandas del mercado que apuntan a una producción más sostenible, este programa se creó con el fin de otorgar una certificación a los predios que producen lana que cumplen determinados estándares vinculados a la salud del suelo, el aumento de la biodiversidad y el bienestar animal. Este trabajo fue verificado por la firma extranjera Quantis, sin embargo, los datos y las mediciones en las que se sustentan son realizadas por científicos uruguayos que trabajan en el Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA).
El aporte del Instituto en las etapas de gestación del proyecto consistió en adaptarlo a las condiciones locales. «A nivel mundial lo regenerativo está asociado a recuperar carbono en el suelo, por eso Quantis tenía idea de enfocar las mediciones únicamente en un análisis de ciclo de vida de emisiones de gases de efecto invernadero. Pero en Uruguay no puede ser el único foco porque ya tenemos stock de carbono alto, por eso la contrapropuesta de INIA fue contemplar otros aspectos ambientales importantes», explicó el Ing. Agr. Óscar Blumetto, investigador del instituto involucrado.
En este sentido, y tras intercambios de todas las partes, se diseñó una certificación que sigue los principios globales de la ganadería regenerativa, pero que está hecha a medida para Uruguay ya que incluye indicadores que es importante considerar a nivel local.
«Uno de ellos es el Índice de Integridad Ecosistémica, con el que estudiamos la estructura de la vegetación y las especies que la integran, el estado del suelo en cuanto a erosión y riesgo de erosión, y el estado de los cursos de agua. También sumamos las mediciones del stock de carbono en suelo y las poblaciones de aves, y realizamos una predicción de cómo están genéticamente los carneros a nivel de peso de vellón, emisiones de metano, eficiencia y resistencia a parásitos gastrointestinales», detalló Blumetto.
Definidos los indicadores a medir, en 2021 se comenzó a implementar el plan piloto del programa en los predios liderados por Bordabehere y a la par se iniciaron las negociaciones con Gucci, en las que INIA también participó.
«Gucci tiene un departamento de ambiente y fui convocado para presentarles qué estábamos haciendo, qué medíamos, cuál era el punto de partida y cuáles eran las metas para los próximos años. Y este último punto es clave, porque la evaluación que hace INIA es una foto inicial de los predios que integran el programa, pero es parte de un plan que apunta a generar un ida y vuelta con los productores para que hagan una transición hacia la ganadería regenerativa y que vayan mejorando a través del manejo los indicadores ambientales», destacó Blumetto.
Consultado por la posibilidad de extender la certificación a otros predios, el Ing. Agr. Gabriel Ciappesoni, investigador de INIA, señaló que «el objetivo del Instituto es diseñar un protocolo que esté abierto a todos los productores que lo puedan adoptar». Resaltó que «lo que se certificaría es el sistema de producción, por lo tanto, no debemos pensarlo como una propuesta solo para el sector lanero, sino que eventualmente lo podría aprovechar el sector cárnico también».
En Uruguay INIA trabaja realizando este tipo de mediciones y generando conocimiento al respecto hace más de cinco años. «INIA viene realizando estos mismos trabajos con los predios del proyecto RUMIAR (INIA) y SMARTER (financiamiento Horizon 2020 Unión Europea) y también en establecimientos del proyecto de Sostenibilidad de la Cadena Cárnica (INIA-INAC-FUCREA)», señaló Ciappesoni.
El experto apuntó que en Uruguay hay actualmente 18 establecimientos que cuentan con la evaluación ambiental de INIA y hay ocho que están en proceso para obtenerla. «Del total, la gran mayoría forman parte del Consorcio Regional de Lanas Ultrafinas», agregó.

Sobre las evaluaciones ambientales ya realizadas, Blumetto señaló que «en términos generales, hay cosas para mejorar, pero hay cosas que están bien». Si bien esto es un punto a favor, también implica un desafío.
«Para el mundo hoy los ejemplos de ganadería y agricultura regenerativa empiezan con una situación complicada, por eso si se proponen revertirla los resultados se van a ver rápidamente. Uruguay no empieza en esa tan mala situación, por eso el camino hasta ver resultados es más desafiante. Hay cuestiones que simplemente deben conservarse y otras sí se pueden mejorar, y en eso vamos a trabajar en estos años con los productores, para encontrar las herramientas de manejo que les permitan alcanzar la mejor evaluación ambiental final de sus predios», concluyó.