Por Gerardo Ponce
De León
En el escrito del miércoles pasado les conté sobre la muchacha que está esperando la ayuda por parte de los familiares de ella (de él no sé el apellido y ni como es) que son los que “hacen” la movida para conseguir los fondos para mantener junta a la familia, cuando en el suplemento Rurales del Domingo del diario El País, hacen un reportaje a una Veterinaria Valentina Barone. En un momento del reportaje dice “necesita nuestra ayuda”, ya que tiene un tumor maligno en su cadera, figura hasta los números de las cuentas en las cuales podemos ayudarla.
Está demás desearla toda la suerte posible para que pueda lograr la ayuda necesaria y que se cure. Ahora ¿cómo puedo hacer lo mismo con esta salteña humilde? Las dos dependen de la ayuda de los demás, las dos con tumores malignos, en el caso de mi caso 21 años, dos hijos y su dependencia es hacia un médico que hace un tipo especial de quimio, que es lo que está esperando. Les aclaro lo de “salteña humilde” que en nada está en mí como uso despectivo o porque sea inferior a los demás, sino que vive en Colonia Lavalleja, en Salto y es muy probable que mucha gente ni sepa dónde queda.
Está acá la diferencia entre una y otra, ni a favor ni en contra, pero el caso de la Dra. Vet. Valentina llega a ser conocida a nivel de todo el país dado que es un diario de tiraje nacional que lo da a conocer. Ojalá este diario le hiciera un reportaje para ser conocido departamentalmente. No es que uno quiera presionar a que se haga, ya que esto traería consigo un andamiaje o infra estructura que implica complicaciones como por ejemplo abrir o mover un banco o financiera que lo acepten. Como que ella permita un reportaje a corazón abierto.
Claro, que se tiene que aprovechar las oportunidades que la vida nos da, y que mucho depende del nivel cultural que se tiene. Hay que tener en cuenta que la Dra., trabajó a nivel de Arabia Saudita, y no le puedo decir si mi personaje, conocía la capital y se tiene que ubicar en una ciudad por necesidad y no por trabajo voluntario todos estos puntos señalan una diferencia, ni que la doctora es mejor o peor, ya que no es caso de mi escrito, sino es aprovechar la ocasión que cada uno tiene. Por eso es que pido que se le dé una mano a la del campo, ya que se le acorta mucho más el horizonte; y es muy diferente al de la Dra., que por lo que cuenta es conocida a nivel agropecuario.
Si tendremos que mirar mucho más lejos que del alcance de nuestra nariz. Entre las cosas que a uno se le ocurre es plantearle el problema a A.P.C., por la experiencia que como asociación, pueden hacer algo, socialmente.
Sé que no es fácil, se que le parte económica juega un valor muy fuerte en las empresas salteñas, pero desde que uno pueda mirar a su costado., lo primero que se viene a la mente de uno es dar gracias a Dios por no estar pasando momentos complicados; de tener la posibilidad de “bancar” una estadía buscando la cura; el poder desplazarnos hacia la cura, sin molestar a nadie.
Creo que podemos, que debemos darle una mano, de estar un rato en la posición de ella, por eso mi pedido y mi esperanza de que se puede lograr algo y ayudarla. Todo está en nuestras manos y sé que están abiertas.
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