Al analizar este año 2022 que acaba de concluir de la actividad de básquetbol en nuestro medio, se puede ver un cierre con un balance positivo, con un cuerpo de neutrales que buscó implementar cosas nuevas para mejor competencia y espectáculo.
Se establecieron finales al mejor de siete encuentros y semifinales al mejor de cinco y se llevó las definiciones al gimnasio Bernasconi, por tener éste una mayor capacidad locativa, aunque eso privó a Nacional, ganador del Acumulado, de tener la ventaja deportiva correspondiente.
Jugar con tres árbitros fue lógicamente un acierto, contando con más visibilidad sobre lo que sucede en la cancha. En ese punto tuvimos la nota negativa de la agresión que sufrió el árbitro Álvarez, de Montevideo, por parte de parciales de Ferro Carril que fueron identificados y que no podrán ingresar por un año a los escenarios, además de la quita de puntos para el 2023 del conjunto carbonero.
La temporada regular fue de tres ruedas, Preparación, local y visitante, lo que llevó a que tuviéramos quince fechas, algo que le dio más rodaje a los jugadores y mejores funcionamientos a los equipos a medida que iba avanzando el torneo.
Lo que no cambió fue la cantidad de público. Deberá este cuerpo de neutrales captar más gente, joven sobre todo. En las finales, si bien la Liga no suministró a los medio la información de las ventas de entradas, se lograron colocarl un promedio de 350 entradas por partido, a un precio de $ 200 cada una. Es una cifra similar a lo que se vendía de entradas por fecha, sumados los tres escenarios los viernes.
En las finales anteriores de Ferro Carril – Nacional jugando en sus escenarios se vendieron más localidades. Nacional en su casa vendió más entradas que en el Bernasconi, lo mismo que Ferro Carril. En las finales de la edición anterior 1º de Diciembre de 1912 fue el que recibió más público, con corte de 1.200 entradas, mientras que en el gimnasio tricolor la máxima fue 800 boletos. Se buscó una mayor afluencia de público, pero eso no ocurrió.