martes 23 de abril, 2024
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Hebert Rattín: 68 años piloteando aviones y más de 20.000 horas de vuelo surcando el cielo

Fue entrevistado por el programa Nuevo Tiempo (Radio Salto/1.120 AM) el ex piloto salteño Hebert Rattín, quién durante 68 años piloteó la mayoría de los aviones que aterrizaron en el aeropuerto de Nueva Hespérides y volaron los cielos salteños. El piloto fue convocado para contar algunas de las historias que componen su anecdotario y por lo entretenida y jugosa de la entrevista hemos extractado las partes fundamentales de lo expresado por el experiente piloto, en el programa radial.
VOCACIÓN
“Siempre digo ante la pregunta: ¿Que se necesita para ser piloto? Que te guste, vocación, pasión y que luego sea una profesión” comenzó explicando a su interlocutor. Según contó, sus comienzos fueron a la edad de 13 años: “Cuando yo tenía 13 años, había que trabajar y yo vivía en estancia La Aurora, que era de mi tío/padrino y aunque él quería que yo fuese parte de eso yo quería volar.
Porque tenía un tío Bautista Rattín -fallecido hace muchos años- que fue uno de los primeros pilotos que tuvo Salto. Perteneció a la primera tanda de pilotos y eran 11 pilotos cuando se formó el Centro de Aviación Salto” continuo. “Con 13 años dejé la estancia y me vine a trabajar al Centro de Aviación Salto, al cual agradezco profundamente.
Lavaba los aviones, empujaba, cargaba combustible. Y cuando tuve 17 años empecé a volar y se puede decir que ahí empecé la carrera”, recordó.
GIRAS MÉDICAS
Sobre su formación dijo que “hice el curso de piloto privado acá y después hice todo libre. Para piloto privado y todas las materias para comercial, después comercial, instrumentos y por supuesto siempre con instructores”. Cuando cumplió los 21 años, comenzó a estudiar para acceder al brevet de piloto comercial. Y luego de recibido comenzó a trabajar trasladando personas al Uruguay profundo o hacia la capital. “Se usaba mucho el avión debido a que los caminos del Uruguay profundo no eran tan buenos y el avión era una buena alternativa. Ahí empiezan las giras médicas rurales. Después estaba el avión ambulancia, el servicio de taxi aéreo, el servicio de paseos y todo lo que concierne a las necesidades del público”.

“En Salto llegó a haber entre 15 y 18 aviones privados”

Actualmente con más de 20.000 horas de vuelo, el veterano piloto contó que “volé con muchas empresas. En aquel entonces había muchos aviones en Salto, y yo no daba abasto. En Salto había entre 15 y 18 aeronaves privadas – de estancieros, rematadores, de barracas – y yo saltaba de un avión a otro. Se volaba mucho. No había muchos pilotos. Yo alcancé a tener 6 aviones, pero claro yo tenía varios pilotos que volaban conmigo. “En la década del 70 forme mi propia empresa, de la mano de un gran amigo, ya desaparecido, que era mi primo hermano, el Tata Rattín, con quien formamos una empresa legal de taxi aéreo, en el año 74. Se volaba muchísimo…Y eso fue hasta la década del 2000. A partir de allí fue cambiando todo, la mayoría de las personas ya no usaba el avión, porque se fue complicando todo”, lamentó.
INSTRUCTOR
Después ya como piloto comercial, Hebert Rattín fue instructor de vuelo; “Fui instructor en el Centro de Aviación Salto, fui instructor en los principios de una escuela de vuelo privado de Paysandú, fui instructor en el aeroclub de Guichón, Hay muchos alumnos míos que hoy son pilotos comerciales que vuelan por el mundo, y desarrollé una actividad intensa toda la vida”, dijo justamente orgulloso.
PILOTO DE JOÃO GOULART
Durante los casi 70 años piloteando aviones, el bagaje de anécdotas es impresionante,. Durante su carrera Rattín fue piloto de un presidente brasileño. Según contó ”volé mucho tiempo con una empresa local, que brindaba servicio de asesoramiento en el sector donde entonces estaba el ex presidente de Brasil João Goulart” comenzó contando. “Había una familia que le daba mano en cantidad de cosas porque ellos exportaban muchos ovinos y bovinos al Brasil. Y volé mucho con esa gente, por Brasil, y tuve la gran oportunidad de conocerlo y volar con él, hasta que por motivos políticos fue derrocado en Brasil y se vino a vivir en Uruguay, donde hizo grandes inversiones en la zona de Cuchilla Once Cerros, Tacuarembó. Y yo debo ser el último uruguayo que estuvo con el Dr. Goulart. Dos horas antes de su muerte nos despedimos y él diciéndome que estaba próximo a volver a la presidencia de Brasil”.
AEROPUERTO
CERRADO Y FALLA
Otra de las anécdotas que recordó para los oyentes de la radio, fue contada de la siguiente manera: “Un día tuve un vuelo sanitario a Montevideo y apenas despego, aparece una falla. Como yo tengo preparación mecánica -porque trabajé muchos años en un taller acá en Salto- pego la vuelta y ahí me dicen que “Salto se cierra por mal tiempo”. Entonces sigo mi camino y la falla continuaba. El aeropuerto de Paysandú también se cerró y mientras seguí buscando aeropuerto pude identificar cual era la falla, y que oportunidad me daba de seguir el vuelo. Tomé la decisión de seguir y recuerdo que cuando paso por Durazno estaba el avión Presidencial despegando y desde esa aeronave el Presidente de turno me saluda y yo iba en otra cosa y lo saludé sin mostrar ninguna preocupación. Recuerdo que llegue a Montevideo perfectamente”.
¿QUIERES SER MI ESPOSA?
Rattín continuó con su inagotable repertorio, desde donde rescató otra particular historia. “Un día me contratan un vuelo panorámico y luego de arreglar todo el día la hora que estar en el aeropuerto, se acerca el señor que me había contratado a explicarme que era lo que quería. El tema era que él le iba a ofrecer casamiento a su novia en pleno vuelo. El hombre había venido con su familia, como que venían a ver el avión. Y bueno, salimos y la muchacha estaba encantada con el vuelo, venia todo lindo y en pleno vuelo le ofreció el matrimonio y ella aceptó. Y cuando aterrizamos, estaba esperando la familia. Era todo un acontecimiento y yo terminé invitado al casamiento”, recordó sonriente.
“ME VIO NACER,
LO VI MORIR”
“Aquel era un vuelo sanitario de tantos: Me toca que había que trasladar un paciente a Montevideo. Iba en camilla con su acompañante y yo reconozco que el hombre estaba mal y había que meterle”, comenzó. “A los pocos minutos el médico me hace señas que lo habíamos perdido y que había que pegar la vuelta. La historia es que ese señor que acababa de fallecer en pleno vuelo, conmigo como piloto, era el ayudante de mi madre cuando yo nací, en una lechería que tenían mis padres antes de llegar a Daymán. El me vio nacer y yo lo vi morir”, reflexionó.