jueves 25 de abril, 2024
  • 8 am

“Tocar el violín genera una sensibilidad muy especial que logra llegar a una fibra muy íntima de la persona”

Por Melisa Ferradini

El violín surgió en Italia a comienzos del Siglo XVI. Parece haber evolucionado a partir de dos instrumentos de cuerda frotada: la fídula, también denominada viella y rebec, y la lira da braccio (instrumento como el violín con bordones separados del diapasón). También relacionado con el violín pero no un antecedente directo, es la viola da gamba, instrumento de seis cuerdas con trastes que apareció en Europa. Les proponemos disfrutar de una entrevista con CAMBIO que tuvimos con Ana Viera, Docente de violín de 40 años, que nos cuenta, en primera persona, sus experiencias y otras cosas más. Además de docente de violín también lo es de piano, tiene su espacio personal RESONANTES con el fin de compartir sus conocimientos académicos conjugando también los procesos de cada persona. Recomienda el aprendizaje de un instrumento musical tanto para chicos como para los adultos. Es todo un camino espiritual el aprender un instrumento musical afirma, como también adquirir experiencias de otras personas. Adicionalmente, Claudia dicta clases en la tarde en los liceos No.3 y 7.

-¿Cuándo tuvo claro que quería tocar el violín?

-La primera vez que pude agarrar un violín y tocarlo fue increíble. Fue cuando estudiaba en el Instituto Profesores Artigas en Montevideo, una compañera tenía para un taller que tuvimos que intercambiar instrumento y me fascinó. Es un instrumento muy especial. Enseguida de ahí quise estudiar y mi tío me regalo uno y ahí empecé.

-¿Qué cree usted que es lo más importante de la educación musical?

-Lo más importante es no perder la motivación. Es no perder las ganas cuando estas estudiando. Suele suceder que cuando estas estudiando un instrumento se enfoca mucho en la lectura en el estudio tradicional del instrumento, no tanto en la improvisación o en la expresión que pueda tener el alumno de ese instrumento. En general todo es importante. Leer es importante, la técnica, pero lo más importante es no perder las ganas y tener una conexión con el instrumento. Poder expresarte por vos mismo además de que puedas leer eso es muy importante.

-¿Qué estilos le gusta interpretar?

-En realidad lo que más me gusta interpretar pasó por etapas. En el violín me gusta interpretar y estudiar mucha música clásica. Me gusta la música clásica, Bach me encanta. El romanticismo me encanta. Los tangos en el violín me gustan mucho. También toco el piano y este año estuve investigando la salsa es un estilo muy complejo desde el punto de vista rítmico. También estudié improvisación en estilos como el blues, jazz esos son los estilos que más me llaman en general.

-¿Cómo ha sido la experiencia de enseñar en estos años?

-He tenido todo tipo de experiencias y todo tipo de situaciones. Porque no es lo mismo enseñar a una sola persona o aun grupo. En general con los grupos me llevo muy bien. Siento que es muy lindo cuando los chiquilines se entusiasman en el liceo y prestan atención. Ven la posibilidad y el valor de tener una clase de expresión musical. Donde ellos se puedan expresar y donde ellos exponen sus ideas. Hemos escrito canciones, experimentamos con los instrumentos, improvisar. Hay muchas cosas y muchos juegos que se pueden hacer y que a ellos les encanta. Enseñar en forma particular está muy bueno. La enseñanza del instrumento es como que lo lleva al tener que aprender motricidad. O sea la música engloba a la motricidad, la emoción y también la lectura la parte racional.

Mi prioridad es lograr un buen sonido, es

lo que te da conexión con el instrumento”

-¿Cuáles son sus prioridades a la hora de transmitir al violín como instrumento para aprender a tocarlo?

-Mi prioridad al enseñar el violín es lograr un buen sonido. Eso es lo que te da la conexión con el violín. Cuando logras el buen sonido que tiene que ver mucho con el movimiento del brazo y también con la fluidez que tenga la persona en ese movimiento. Lleva todo un proceso lograr ese sonido donde el alumno se siente, se escuche y se motive escuchándose. Es un instrumento que lleva bastante precisión motriz. Al principio es muy frustrante porque puede generar muchos ruidos. Depende si es un adulto o es un niño. Con los niños se puede hacer muchos juegos en donde ellos en realidad van a jugar y en se juego yo les voy introduciendo dentro de la consigna el juego algunos aspectos técnicos del instrumento. Pero también tratamos de abordar repertorios que les interese y que les llegue. Serian 3 mis prioridades; en el primer lugar el sonido del violín, en segundo lugar el juego en los niños y en tercer lugar la afinación es muy importante en el violín.

-¿Cómo puede describir las emociones que le genera el violín, su relación con él?

-Cuando toco el violín en general lo que siento es amor por lo que estoy haciendo. Ganas de tocar mejor. Motivación. Siento que el violín llega a una fibra muy íntima. El violín te lleva a una sensibilidad especial al tocarlo que va todo en un trabajo de expresión. Con el movimiento del cuerpo y del brazo. Todo eso se tiene que generar una cantidad de cosas para lograr esa expresión que no se puede expresar con palabras. Es muy especial y muy lindo. Mucha satisfacción se genera al tocarlo y vale la pena estudiarlo.

-En cuanto a la dinámica y formas de preparar las clases. ¿Qué le gusta implementar como docente?

-Eso depende del alumno y sus características. En los niños me gusta mucho implementar el juego y la improvisación. En un momento de la clase tiene que haber un momento de improvisación donde ellos se olviden y se relajen donde se olviden de toda la parte técnica, donde poner el brazo, etc. Y en el adulto lo fundamental es ellos logren visualizar que pueden lograr lo que ellos están buscando. Eso es como ir encendiendo esa motivación. Yo trabajo muchas técnicas con los adultos. Muy importante practicar obras que les interese, estilos que les gusten.

-También toca el piano. ¿Tiene preferencia por un instrumento más que el otro, si es así cuáles son?

-Toco el piano y empecé a estudiarlo cuando tenía 9 años. Hice toda la carrera clásica y después hice improvisación, jazz y blues. Después comencé a realizar cursos de composición, compongo canciones. No tengo preferencia por ninguno de los 2, son totalmente diferentes y dan posibilidades totalmente diferentes. En el violín me gusta tocar clásico y en el piano toco mucho popular. A mí me gusta mucho la música afro, porque tiene muchas características peculiares. La complejidad en los ritmos; afro brasileña, afro caribeña, la salsa y el merengue todo eso en piano tienen un gran desarrollo y es algo a lo que me dedico.