viernes 26 de abril, 2024
  • 8 am

Está fea la cosa

César Suárez
Por

César Suárez

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Por Dr. César Suárez
Las circunstancias de cualquier individuo, suelen estar más o menos lejos de la perfección, siempre habrá un motivo de disconformidad donde cada uno encontrará una razón para quejarse de algo, incluso cuando existe una bonanza relativa individual o colectiva, en la percepción de cualquiera siempre faltará algo, o algo estará mal y hay una palabra clave de apenas cuatro letras que encaja perfecto para todo tipo de queja, “cosa”, está fea la cosa, está difícil la cosa, está fulera la cosa, está brava la cosa, frases que nadie se priva de usar y repetir por más favorable que sea la situación de cada uno
Las circunstancias de cada uno suelen estar empujadas por las decisiones y los esfuerzos que cada individuo intente, pero el resultado al que se llega no siempre se condice con las aspiraciones y terminan por ser una suerte de lotería consecuencia de un mal cálculo o de factores fortuitos donde a algunos tienen la suerte esperada y a otros no tanto.
Es claro para cualquiera, que no existe ninguna situación personal que se pueda catalogar de ideal, “siempre habrá de faltar algún centavo para completar el peso” sin importar en que escala cada uno esté situado, siempre las aspiraciones estarán por encima de lo conseguido, por consiguiente, habrá lugar para expresar desde cualquier lugar “está brava la cosa”, porque llueve mucho, porque hay seca, porque hace frío o hace calor, porque sube el dólar, o porque baja, porque no hay trabajo, porque la gente no quiere trabajar, porque se gana poco, porque los salarios son muy caros, porque el Estado no invierte, porque el Estado gasta mucho.
Pero más allá del mérito de cada uno, estamos sujetos indisolublemente al entorno que nos envuelve, adonde caímos al momento de nacer, las circunstancias y el entorno marcarán inevitablemente nuestras venturas y desventuras y determinarán nuestra suerte futura y los vericuetos del camino a recorrer y cómo se comportará la “cosa” para cada uno.
Esa manifestación, ese concepto, esa idea, es atemporal en nuestra sociedad y aunque parezca curioso, los que más se quejan con respecto a esa misteriosa “cosa” no son precisamente los más necesitados, sino todo lo contrario, cuanto más favorecido por la fortuna ha sido una persona, más problema con la “cosa” tiene. ¿Será una frase barrera para desalentar al interlocutor para que no pida nada, ni regalado ni prestado?
Más allá de la realidad de cada uno lo cierto es, que los que hemos vivido en este lugar, exceptuando los oscuros tiempo de la dictadura, tenemos el privilegio de vivir en una tierra generosa, de paz y de recursos, a lo que sólo le falta un reparto más equitativo de la cultura, de los recursos materiales y de oportunidades, de los que lamentablemente han quedado marginados un grupo importantes de uruguayos, no por propia decisión, como muchos por ahí sostienen, sino, por diferencias notorias de oportunidades, que será necesario equiparar.
Para muchos está fea la cosa porque siempre estuvo de esa manera, para el resto es mejor que se valore la cosa en toda su dimensión, y seguramente la parte fea de la “cosa” no es más que una perturbación marginal sin importancia real que sólo sirve para quejarse.