El siguiente relato extraído del libro La Economía al Alcance de Todos, de la economista Laura Raffo, es del año 2016, pero tiene una actualidad increíble con lo que pasa hoy con la diferencia cambiara con Argentina y con el valor del dólar en Uruguay.
-¿Cuándo volverá a estar barato Buenos Aires?, suspiró Eva con nostalgia.
Ella adoraba a cruzar el charco. Se conocía los teatros, los outlets y los “arbolitos” del centro que mejor cambian dólares. Claro que ni comparación con lo que pudo comprar cuando fue en el 2013. Ahí justo le tocó una semana en la que el tipo de cambio paralelo (el blue) estaba bien alto y sus dólares le rindieron muchísimo.
A principios del año 2013, los viajes de uruguayos por aire, tierra y río para hacer compras baratas en Argentina se convirtieron en cosa de todos los días. Desde sentarse en un restaurante, cambiar el guardaropas o hacer el surtido del súper, cualquier excusa servía para cruzar el charco. A tal punto llegó este furor de compras que los shoppings uruguayos anunciaron caídas en sus ventas y los comercios de la frontera pidieron que se aplicara el “cero kilo” para que los autos no volvieran llenos de mercadería.
La razón detrás de esta locura por las compras era que, medidos en pesos uruguayos, todos los precios argentinos quedaban muy baratos. Es decir, el cambio era muy conveniente. Algo similar ocurrió en 2015 con Brasil: el Real acumuló una devaluación de más de 50 % frente al dólar entre enero de ese año y enero de 2016.
El precio de una moneda en función de otra se denomina tipo de cambio y es un indicador fundamental para poder comparar precios entre países y realizar operaciones de comercio exterior. Al igual que otros precios, el tipo de cambio se fija por la interacción entre la oferta y la demanda, en este caso en el mercado de divisas.
En este marcado interactúan instituciones financieras, empresas, particulares comprando y vendiendo monedas, pero son las primeras las que más relevancia tienen en el monto de las operaciones realizadas. De hecho las transferencias en distintas monedas, respondiendo a solicitudes de clientes corporativos, son cosas de todos los días y tienen su centro a los bancos como intermediarios.
La mayor parte de la compra y la venta de divisas se realiza, al igual que en el caso de las acciones o de los títulos de deuda, en los grandes centros financieros del mundo como Londres, New York, Frankfurt o Tokio. Las divisas más demandadas son las de los países con mayor peso en la economía mundial y cuyas monedas se consideran un refugio de valor. No solo al uruguayo le gusta tener dólares estadounidenses: esta es la moneda con la que más se opera en el mundo, aunque también tienen gran relevancia el euro y el yen japonés.
¿Por qué sube o baja una moneda?
El valor relativo de una moneda respecto de otra tiene que ver con los fundamentos y fortalezas que haya detrás de cada uno de los países emisores de esa moneda y cómo se espera que estos evolucionen en el futuro. Si volvemos al caso de Argentina, por ejemplo, tenemos por una parte una economía que se está deteriorando, que genera incertidumbre respecto al futuro y que imprime billetes de pesos. Por la otra, tenemos a un Estados Unidos pujante, que se recuperó de su crisis financiera, que subió las tasas de interés por primera vez en 10 años y que imprime dólares. Es de esperar que el precio del dólar medio en pesos argentinos suba, y que incluso se dispare frente a noticias negativas, ya que los mercados de cambios tienen esa característica: reaccionan de manera rápida y a veces exagerada.
La importancia del dólar estadounidense en muchas economías de América Latina está vinculada además a la historia de sus monedas, que cada cierta cantidad de de años han sufrido devaluaciones, lo cual deja un manto de desconfianza en los habitantes de esos países, que ven más segura a la divisa verde.
Las tasas de interés y el tipo de cambio
Tomando en cuenta que los bancos son los principales actores del mercado de divisas, es muy importante aclara cómo se relacionan las tasas de interés con el tipo de cambio…
Supongamos que un depósito en dólares paga cero interés en un año y uno en pesos paga 10 % de interés en el mismo período. Si asumimos que el tipo de cambio entre dólares y pesos dentro de un año va a ser el mismo que ahora, no dudaremos en depositar nuestro dinero en pesos ya que al final del período tendremos más pesos y como el tipo de cambio no varió podremos comprar más dólares.
Imaginemos ahora que el depósito en dólares sigue pagando cero y el de pesos 10 %, pero creemos que dentro de un año el tipo de cambio va a estar 20 % más caro. Si colocamos el dinero en pesos, al final del año tendremos 10 %más, pero este dinero no nos alcanzará para comprar la misma cantidad de dólares que hubiéramos comprado al principio. Por eso, lo más probable es que elijamos el depósito en dólares aunque no pague intereses.
En el mundo real estas operaciones se complejizan infinitamente porque no sabemos a cuánto va a estar el tipo de cambio en el futuro y las decisiones pueden acarrear errores.
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