lunes 20 de mayo, 2024
  • 8 am

No me molesta, ni me sorprende

Pablo Vela
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Pablo Vela

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Por Pablo Vela
Cuando las cosas se repiten varias veces, debería ser común que no nos genere las mismas sensaciones que la primera vez que fuimos testigos de ese hecho.
Si entiendo que necesito un mecánico para reparar un problema determinado en un vehículo determinado y contrato al mecánico que se destaca por hacer bien su trabajo siempre y en ésta oportunidad no logra solucionar de buena manera el problema: aparte de que puedo frustrarme seguramente me sorprenda; si en cambio la reparación es un éxito, solamente ratificaré que el mecánico hace bien su trabajo.
Si en mi emprendimiento gastronómico pienso tener como plato principal a la carne asada, seguramente busque al mejor asador de la ciudad o al menos a quien en general entregue la carne como lo piden los comensales y queden satisfechos, si en cambio contrato a quien me han dicho suele estropear la materia prima, quemando la carne, no puedo sorprenderme luego si las cosas no salen.
Si para mi escuela de música voy a buscar a un profesor que es conocido por sus formas de enseñar, el crecimiento y la mejor de sus alumnos seguramente mi escuela tenga buenos resultados por la presencia de este profesor; ahora si contrato a una persona sin antecedentes positivos, que no se le conoce estudios sobre lo que pretende enseñar: ¿cómo va a ser mi experiencia con ese profesor? Obviamente que mala, desastrosa, lamentable. Y no puedo sorprenderme porque es lo más lógico que eso ocurra.
Salto soporta por segundo ciclo de gobierno a una persona de la que no se puede esperar nada bueno, lisa y llanamente porque no está preparado, porque sus acciones en política se reducen a promesas, anuncios, adjudicaciones de gestiones de terceros, etc. En definitiva no existe un solo logro que Andrés Lima pueda adjudicarse de manera contundente y con pruebas; ni obras (obras reales, de impacto social general) ni planteos de soluciones para determinadas situaciones que luego se concreten.
Andrés es conocido como el legislador 0 proyectos, el legislador de las mil faltas a sesiones o comisiones, el intendente de la clínica de salud mental inexistente, el de los anuncios de obras que nunca se concretan, tristemente conocido.
Es decir, que la mediática semana que trascurre nuestro intendente por olvidarse de los reclamos por políticas de fronteras, olvidarse de los comerciantes que sufren las diferentes situaciones económicos en ambos márgenes del Río Uruguay y de los salteños que sí cruzan por necesidad, para estirar sus ingresos y hacerlos rendir más, no me extraña. ¿Por qué habrá de extrañarme? Si su vida política fue y es eso, mentiras, más mentiras más inexistente trabajo. Si me extrañara el iluso sería yo porque todo lo que ocurre es consecuencia de su manera de ser, que defiende y hasta anuncia a los cuatro vientos: promete, si alguien le sigue creyendo es problema del iluso.
¿Debe molestar? Eso ya es más discutible, para quienes piensan que tenemos un intendente capaz y preocupado por Salto realmente, los debería poner furiosos. Como salteño que todos los días lamento los errores cometidos en las elecciones pasadas como para que siga siendo el salteño con más injerencia en la vida de todos nosotros, no me molesta. Al contrario, ojalá sirva para que aquellos que no quieren ver la demagogia que maneja el Frente Amplio en Salto abran los ojos, se saquen la venda. No me molesta, me da bronca porque muchos salteños esperan mucho de la persona que no vive en Salto y deja el salario que le pagamos en Argentina, especulando con el cambio de la moneda.
Si ha vivido sin generar nada, traicionando a quienes lo han impulsado en su carrera política y profesional (dicho por quienes fueron traicionados), si genera “ruido” con anuncios imposibles de lograr, ¿por qué de un día para el otro se transformaría en un político de fuste?

P.D: me molestan los cargos de todos los partidos políticos de salarios muy por encima de la media en Salto que visitan regularmente la gran superficie de la vecina orilla, ustedes deben dar el ejemplo.