¿Legisladores piensan que somos idiotas? Tal vez tienen razón
Por Pablo Perna
Lo que contaré al final de esta columna lo he visto con mis propios ojos. Los legisladores al igual que los cargos políticos de particular confianza, una vez que dejan sus cargos siguen percibiendo durante un año un subsidio equivalente al 85 % de su salario, que en la actualidad ascendería para un Senador a $ 341.983 y un diputado $ 315,628 mensuales. En cambio, si un trabajador de la administración pública queda sin empleo, no tienen seguro de desempleo y si es trabajador privado y lo despiden cobra durante seis meses el 66 % del sueldo el primer mes, el 57 % el segundo, el 50 % el tercero, 45 % el cuarto, el 42 % el quinto y el 40 % el último mes.
Copiando a Milei, nos preguntamos: ¿por qué la casta política criolla tiene privilegios que el pueblo no tiene? En virtud de este desequilibrado privilegio para los políticos vip, el Senador Juan Sartori propuso la semana pasada un proyecto de ley que le quita dicho privilegio a la casta equiparándolo al trabajador de la actividad privada propone que un legislador que deja sus actividades perciba subsidio pero por solamente 6 meses.
Aunque parezca insólito, los propios colegas de Sartori salieron a matarlo, a criticar al mensajero y no el mensaje. Claro ejemplo fueron las manifestaciones de Jorge Gandini donde afirmo: “Sartori viene cada tanto al país y hace estas cosas para generar atención”. “Tendría que venir más seguido. Y si lo que quiere es equiparar el sector público con el privado tiene que venir a trabajar, porque si no viene en nueve meses en el privado lo van a despedir, y él viene muy poquito. De noviembre hasta acá vino 15 días más o menos”.
Sartori no se hizo esperar, por lo que le respondió por su cuenta de Twitter: «Era de esperarse tu reacción y la de muchos. Toqué sus privilegios… Soy el senador blanco con más proyectos presentados. Vos, entre los cuatro con menos. Y decidís quedarte con los viáticos que no usas en los viajes. Mi propuesta va a reducir privilegios a los políticos, no al sector público».
En esta oportunidad debemos manifestar nuestro total apoyo a la iniciativa de Sartori en relación a quitarles privilegios a la clase política; pero el Senador se quedó corto, debió de haber presentado otra iniciativa de ley que prohibiera que los legisladores viajen al exterior con el dinero del pueblo. Dicen que Dios los trae al mundo y ellos se juntan, y esto es lo que sucede con las ratas que se juntan para comer los desechos de los eventos que inventan los legisladores de los países sub desarrollados, para viajar por al exterior y hacer turismo político con la plata del pueblo.
El mes pasado me encontraba en Madrid recorriendo la Gran Vía, cuando veo en un restorán caro a caras conocidas, pensé en ir a saludarlos, pero luego decidí observarlos para ver que hacían.
Tomaron sus respectivos whiskies, comieron postre y café, piden la cuenta, hablan con el mozo que haciendo cara de desconcierto les cobra y no era por el idioma. Se levantan entre risas socarronas y se pierden entre las grandes tiendas comerciales de la Gran Vía madrileña. Se trataban de legisladores del Uruguay, por lo que pensé por un momento “yo viajo con mi propio dinero y ellos también…con la del pueblo”.
Espero ansiosamente que surja un Milei uruguayo para que termine con los privilegio de los políticos avivados, manipuladores y vendedores de humo, que engordan y se embriagan de manera descarada con los dineros del pueblo, ¿piensan que somos idiotas?