jueves 21 de noviembre, 2024
  • 8 am

El valor de la información precisa

Colegio Médico del Uruguay
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Colegio Médico del Uruguay

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Dr. César Suárez
Colegio Médico del Uruguay
Consejo Regional Norte
La información es el recurso esencial para intentar ubicarse en cualquier circunstancia. Cuando uno llega a un lugar desconocido es inevitable tener un estado de confusión inicial mientras intenta orientarse para saber adónde dirigirse, si es una ciudad, intentar descubrir el nombre de las calles donde se está, cual es la calle que cruza, a la altura de que número se está, consultar un mapa y siempre es fundamental, preguntar a la primera persona que pasa para encontrar datos más precisos. Seguramente, en pocos minutos, investigando se tendrá la información suficiente para seguir avanzando en forma adecuada y cuanta más información se logre recolectar más precisa será la ubicación que se quiere o necesita y más rápido se logrará el objetivo.
En todas las circunstancias la información precisa es esencial para no cometer errores y cuando se trata de la salud de una persona es más importante aún porque cualquier error en la información disponible puede tener consecuencias nefastas ya sea equivocando o retrasando un diagnóstico, o eligiendo un tratamiento equivocado que no se ajusta a la situación clínica.
La precisión de la historia clínica exige una doble responsabilidad, por un lado, la del médico que debe realizar un interrogatorio preciso, explorando todos los detalles necesarios para lograr la información más precisa a la que debe agregar la responsabilidad del paciente que debe ser preciso en las respuestas y no ocultar datos que pueden llevar a una desviación de la decisión médica.
El interrogatorio en la historia clínica es esencial, repreguntado cuando quedan dudas o cuando el relato no encaja con el cuadro clínico, por esa razón debe insistir y trasmitirle al paciente la confianza suficiente acerca de la confidencialidad de los datos obtenidos, toda esa información se completa con un examen clínico minucioso y recién ahí comenzaremos a pensar en estudios de laboratorio más allá de las rutinas habituales o de imagenología.
Sin dudas, la información esencial de cualquier enfermedad está en el propio paciente, en su sintomatología, en su aspecto clínico, en su edad, en su sexo biológico, en su entorno familiar, en sus tareas habituales, en sus antecedentes, en sus necesidades, económicas, afectivas, en sus condiciones de vida, en su localización, en su personalidad, en su disposición a colaborar con el cumplimiento del tratamiento indicado, en la evolución sintomática, en la revaluación de la respuesta terapéutica y en la corrección de acuerdo a la respuesta individual.
En manejo adecuado de cualquier enfermedad la información precisa es lo esencial y es el profesional médico que la tiene que gestionar en forma minuciosa para asegurarse el mejor resultado posible, la tecnología hace el resto, pero la interpretación de los resultados seguirá dependiendo del facultativo. Los pacientes no somos máquinas, los médicos tampoco, somos todos seres pensantes y los detalles hacen la diferencia.