viernes 22 de noviembre, 2024
  • 8 am

Los números

Padre Martín Ponce de León
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Padre Martín Ponce de León

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Por el Padre Martín
Ponce de León
Muchas veces uno se encuentra con personas que se fijan fundamentalmente en los números. Números de presentes. Números de asistentes. Los números son únicamente eso: números. No son garantía de buena celebración, ni buena charla ni de éxito en la propuesta.
Los números dicen de presentes pero nada dicen con respecto a conformidad de los mismos con el contenido brindado. Pero, parecería, que los números son más importantes que lo ofrecido. Es indudable que para muchos lo más importante son los números.
En lo personal sostengo que lo verdaderamente importante son los contenidos y no los números. Cuando los contenidos son insuficientes o mediocres no hacen otra cosa que el número vaya disminuyendo. Cuando el contenido es suficiente, cuestionador o motivador el número será en creciente aumento.
Pese a ello es evidente que continúan estando aquellos que prestan fundamental atención a los números. Para Jesús lo importante no eran los números. Jesús se rodeó de unos números insignificantes para su tiempo y su propuesta. Según algunos estudiosos el número de cercanos seguidores de Jesús llegaron a ser poco más de medio centenar. Número que, evidentemente, era insuficiente para poder llevar adelante la propuesta innovadora de Jesús. Nunca buscó el número sino que se limitaba a mostrar un estilo de vida y que sus pocos seguidores tratasen de asimilarlo lo más coherentemente posible. Por ello es que lo importante es el contenido que, en Él es estilo de vida. Lo de Jesús no es otra cosa que un estilo de vida que se hace atrapante y contagioso.
El contenido de lo suyo es permanentemente el mismo. Es dignificar personas para hacerles experimentar el amor de Dios y su permanente acompañamiento. Eso lo hace actitud de vida en sus encuentros con los que acuden a Él puesto que lo necesitan.
Eran muchos los necesitados pero Él se limita a dar una mano a algunos. A esos que acudían a Él plenos de confianza (fe) les obsequiaba su mano extendida.
Ellos nos fueron ni todos los pobres, enfermos, ciegos, leprosos, paralíticos o “endemoniados” de su tiempo. Ayudaba a algunos puesto que los números no eran su prioridad. Mientras nos ocupen los números estaremos apartados del centro de lo propuesto por Jesús.
La fraternidad que presenta Jesús como estilo de vida no se rige por números sino por cercanía que se construye y brinda. Los primeros seguidores de Jesús tampoco se interesaban por los números y se movían en pequeñas comunidades.
Llegó un momento donde esas comunidades se vieron con poder y allí comenzó la importancia de los números y un notorio alejamiento de la propuesta de Jesús ya que el poder se hizo de extrema importancia.
Quizás debamos volver a ocuparnos del contenido y dejar de lado la ocupación por los números.