Grupos: “Chanchos 1, 2, 3…”, “Los Filos de Salto” y otros que informan operativos de transito, ¿son ilegales?
Por Pablo Perna
En “La Rebelión de la Granja” escrita por el británico George Orwell en 1945, los animales fueron alentados por los cerdos para expulsar al granjero y crear sus propias reglas de gobierno; de esta manera hicieron la revolución y logran expulsarlo al principio todo funcionaba bien, pero luego los cerdos quisieron imponerse sobre el resto de los animales de la granja, creando privilegios, trampas y astucias para atrapar a los que pensaban diferentes a ellos.
Con los controles de tránsito que en los últimos años se vienen realizando, el cuerpo inspectivo impone sus propias reglas, realiza controles sorpresivos mediante engaños y sin avisos, generando artilugios para atrapar a conductores en presuntas infracciones. Primordialmente colocan conos a poca distancias y en arterias de una dirección para que el conductor no pueda realizar maniobras en “U” y en los lugares donde se permite doblar en la esquina, también colocan un segundo control para atrapar al conductor que intenta eludirlos.
Estas maniobras de inspección contradicen los principios rectores de la ley 18.919 que regula el tránsito y la seguridad vial en todo el territorio nacional, la ley es de Orden Público por lo que ningún Gobierno Departamental puede dictar normativas que puedan contradecir a la misma. Los controles de tránsito no pueden ser sorpresivos, con engaño o trampa como actualmente se hacen en nuestra ciudad, porque no cumplen con la finalidad de la ley que es educar en valores como la vida, seguridad personal, contribuir a la prevención del orden y preservar la funcionalidad del tránsito. No pueden ser los controles de tránsito fuentes de recaudación como aparentan serlo hoy.
Ejemplo correcto del cumplimiento de los principios de la ley de tránsito lo vemos en las rutas nacionales, donde a no menos de un kilómetro se le informa al conductor mediante carteles ruteros y señalizaciones pintadas en la ruta, que a pocos metros se encuentran radares de control de velocidad. Si bien parece una broma, donde se le alerta al conductor que disminuya la velocidad para no ser sancionado, esto es lo correcto porque la finalidad de la sanción no es castigar o recaudar, sino educar y generar conciencia en la seguridad vial.
Como reacción ciudadana a los abusos del cuerpo inspectivo se han creado diferentes grupos de WhatsApp titulados de diversas maneras, como por ejemplo “Chanchos 1” y varias ediciones por el limite de los grupos, “Cerdos”, “Los filos de Salto”, donde se informan los lugares donde se encuentran los controles inspectivos en tiempo real. En uno de los grupos se lee: “Grupo de uso exclusivo para informar sobre donde hay accidentes, calles cortadas o algún otro tipo de “incidentes”…”, puesto entre comillas y en paréntesis el emoji de un cerdo. También hay plataformas más sofisticadas y mundiales como “Waze”, que indican en tiempo real controles de tránsito, presencia policial, radares, entre otros.
Conforme a lo que se viene de decir, estos grupos son totalmente legales y legítimos ante los abusos sorpresivos en los controles inspectivos.
Si respetamos la ley no solamente vamos a cuidar de forma debida al ciudadano, sino también al propio cuerpo inspectivo de agresiones y graves lesiones como las sufridas por una funcionaria recientemente cuando un joven pretendía eludir los mismos.
Respetemos el orden jurídico y evitemos terminar como en la “Rebelión de la Granja”, donde los animales al final de la novela le preguntan al burro, que era uno de los pocos que sabía leer, porque los cerdos imponían sus propias reglas arbitrariamente, lo que le responde: “Todos los animales son iguales, pero algunos animales son más iguales que otros”.