sábado 23 de noviembre, 2024
  • 8 am

Agenda Salto 2025 ciudades hermanas

Pablo Vela
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Pablo Vela

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Sol

Dr. Pablo D. Vela Gadea
Ya hemos mencionado, en columnas anteriores, que no es espíritu de nuestro colectivo 9007 solamente el de marcar y remarcar errores, sin importar quien los cometa, sino también ser parte de las soluciones.
Porque parte fundamental de gobernar es saber administrar los recursos públicos, hecho que claramente viene quedando en el debe de las últimas administraciones. Saber cómo manejar nuestro dinero para cumplir las tareas que por ley la Intendencia de Salto tiene como obligación cumplirlas.
Sencillo, el departamento debe estar transitable (calles, caminos vecinales, rutas o caminos rurales, puente o cruces seguros, control de vehículos, etc.), limpio (recolección y barrido, solución para desechos orgánicos y no orgánicos) e iluminado (paseos públicos, calles, zonas de la periferia, etc). Ya como concepto más amplio podemos incluir a la seguridad ya que va de la mano muchas veces de las obligaciones antes mencionadas, también la búsqueda de inversión privada y la planificación de inversión pública que repercute de lleno en la tasa de empleo/desempleo, además de la cultura que más que nunca debe ser premisa en el próximo gobierno nacional y departamental antes una sociedad decadente en valores. Pero todo ronda sobre los recursos económicos, las finanzas, el dinero; eso lo hace peligroso porque cuando gente que no está preparada tiene alguna injerencia en la disposición de esos dineros las experiencias nunca terminan bien. Pero lo más triste o penoso de todo esto es que no son capaces de generar otras herramientas para conseguir otros recursos: la intendencia cobra sus tributos, entradas en centros termales, multas, los recursos nacionales que mandata la Constitución y listo, no mucho más. A pesar de las dificultades que viene atravesando poco vemos de inventiva en nuestros gobernantes, más allá de alguna agresión verbal o intento de ridiculizar al rival de turno, algo que le sirva al departamento nada.
Hoy comentaremos sobre algo que no es novedoso, de hecho hasta en la propia Intendencia de Salto existe pero no se ejecuta, ¿por qué no se ejecuta? Porque no existen personas capaces de hacerlo.
Una herramienta utilizada por otros departamentos que siguen avanzando y creciendo y en el mundo por varios países.
Hablamos del hermanamientos de ciudades o ciudades hermanas, algo así como el vínculo generado con otras ciudades, departamentos, provincias, regiones que amerita el intercambio de conocimientos, cultura pero también de recursos económicos que no necesariamente tienen retorno.
Explicamos de nuevo, el hermanamiento de ciudades es un concepto por el cual pueblos o ciudades de distintas zonas geográficas y políticas se emparejan para fomentar el contacto humano, enlaces culturales, turísticos, gastronómicos y todo lo que sea característico de esas ciudades. Normalmente, aunque no siempre, las ciudades hermanadas suelen tener características parecidas.
Hoy en día hay protocolos firmados por la Intendencia de Salto con varias ciudades de América y Europa pero la herramienta no se utiliza, no se aprovecha.
¿Vió esos viajes que nuestros políticos realizan? ¿esos viajes anunciados con bombos y platillos? ¿Se dio cuenta que no tienen ninguna consecuencia real para el general de la población? Allí hay un recurso valioso, a comenzar a explotar, mediante una oficina de asuntos internacionales tal vez, preparada y equipada para ser un insumo importante para todos los salteños.
Los instrumentos están allí, Salto tiene protocolos firmados con Goya (Argentina), Penafiel (Portugal), hubo intentos con Caldonazzo (Italia), firmados ya conYichang y Foshan (China) (ambos firmados por el actual intendente de Salto), Cairo de Montenotte (Italia) en proceso, etc. Las herramientas están prontas, no tenemos los recursos humanos necesarios para transformarlas en mejoras y beneficios para Salto.
En junio, elecciones internas, queremos empezar a cambiar eso: político que no está en condiciones de mejorar Salto, político que no merece ser apoyado.