Una de las industrias casi exclusivamente italianas es la de licores y refrescos, que no sólo se fabrican en esta ciudad (Salto Oriental) sino que también se importan de la capital donde existen importantes fábricas. Desde el año 1897 Ridolfi se dedica a esta industria, pero como no es de las más remuneradas, trató de reforzarla con otras a las que dedica su cuidado. Instalado fuera de la ciudad, cerca del matadero, tiene una tienda de comestibles, y un horno en el que hornea cierta cantidad de pan que puede vender en los alrededores, habitado aquí y allá, además de que la tienda está en la carretera que conduce a las fincas y viñedos del Salto.
NEGOCIO A GRAN ESCALA
Aunque su negocio no se desarrolla a gran escala, vive discretamente y la facturación anual del mismo es de 50.000 liras al año. «No todos nacimos ni llegamos a América con la misma suerte, nos dijo Ridolfi. Yo «no creo en la influencia de los astros en las acciones humanas, pero creo, sí, que cada «uno de nosotros tiene un camino distinto por delante y del que no hay salida. Algunos recogen «flores y frutos; la mayoría siente cómo pesa la carga en la pendiente de la vida». Información y fotografía tomados del álbum ilustrado «Gli Italiani residenti IN SALTO REPÚBLICA O. DEL URUGUAY. All’ Esposizione di Milano MCMVI». (Los residentes italianos en Salto de la República Oriental del Uruguay. En la Exposición de Milán 1906.
Por Cary de los Santos Guibert.
Fotografía: interior de la casa comercial de Federico Ridolfi.
