Por Cary de los Santos Guibert.
En el invierno de 1925, el Cine-Teatro Ariel ofrecía al público salteño películas que contenían desnudos y para promoverlas entregaba volantes en la ciudad. El Inspector de Espectáculos Públicos del Municipio Salteño, preocupado por el contenido de los volantes y de las películas, expone al Concejo Departamental su preocupación:
«…Se trata de una consulta del Inspector de Espectáculos Públicos Don Augusto Yavier sobre si puede permitir la distribución de un volante comunicando la exhibición de una cinta cinematográfica, en el cine Teatro Ariel, en la que figuran desnudos y en cuyos volantes se ha impreso un cliché que representa uno de esos desnudos…»
Finalmente los Concejales permitieron la impresión de ese cliché, pero con la condición de que debería colocarse en los programas, una leyenda que dijera:
«No apta para menores e inconveniente para señoras»
EL CINE ARIEL
El cine Ariel tenía como llamativa particularidad un techo corredizo, que se abría en una especie de dos grande bloques que se separaban dejando ver el cielo, algo que naturalmente solo se hacía en verano y primavera.
Una vez abrieron el techo y llovía, en el marco de una matinée lo que hizo las delicias de una gurisada que con alegría se «bañaba» durante los minutos que lo abrieron sin darse cuenta de este fenómeno climático.
Consulta bibliográfica: Libros de Actas del Concejo del Departamento del Salto del año 1925.
