martes 3 de diciembre, 2024
  • 8 am

Salir de la mediocridad

Cecilia Eguiluz
Por

Cecilia Eguiluz

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Por Cecilia Eguiluz
(https://cecilia eguiluz.uy)
Salto es un departamento con un rico pasado cultural y un gran potencial, pero lamentablemente, está en estado de decadencia y abandono. A esto se suma la falta de proyectos de inversión pública por parte del Estado, lo que deja en evidencia la terrible desigualdad territorial que existe en nuestro país entre los departamentos más alejados de la capital y los metropolitanos. La falta de obras de infraestructura, el deterioro de los espacios públicos y el desencanto de la población son síntomas de una gestión que ha dejado mucho que desear en los últimos nueve años. Lamentablemente hemos presenciado cómo la mediocridad se ha ido convirtiendo en la norma.
Es fácil señalar con el dedo y culpar a los políticos, pero la verdad es que nosotros, como electores, también tenemos una cuota de responsabilidad porque seguimos votando por las mismas personas, esperando resultados diferentes, y hemos permitido que la desidia se instale en nuestro departamento. La gestión de Andrés Lima y su elenco ha sido marcada por la propaganda electoralista y la falta de acción real, dejando muy mal al departamento Salto y a quienes en él vivimos.
El estado de la infraestructura es preocupante, y la falta de inversión en obras públicas ha llevado a que muchas zonas del departamento se encuentren en condiciones deplorables. La población, desanimada por la falta de oportunidades y el alto costo de vida, algunas veces pierde la esperanza en un futuro mejor. Sin embargo, aún existe la posibilidad de cambiar las cosas. Necesitamos un liderazgo comprometido y preparado, capaz de gestionar con firmeza y visión de futuro, pero que, sobre todo, ponga a Salto y a su gente en primer lugar.
Hago política desde la adolescencia, y la siento como una herramienta, no un fin. Creo firmemente que la política es la única forma de hacer efectivos los cambios que la gente necesita. Cualquier ciudadano puede tener ideas brillantes, pero para llevarlas adelante muchas veces se necesita que los políticos las conviertan en realidad. Pero además, en mi humilde modo de ver, no todos los salteños que tienen ideas brillantes están dispuestos a dejar sus actividades y someterse a una actividad tan expuesta como lo es la política y es por eso que la tarea de quienes hacemos política por vocación debe ser también cuidada y revalorizada, para ello debe levantarse el nivel de las discusiones.
No existen los «outsiders» en política; una vez que un ciudadano se somete al voto de la gente, se convierte en político, y desconocer eso es faltarle el respeto a la actividad. La política es ejecutada por personas, y será tan buena o tan mala como la gente que la práctica, existen diferentes estadios de involucramiento, algunos brindan ideas pero no quieren aparecer, otros deciden lanzarse a la arena política. Yo creo que necesitamos estar todos, de una u otra manera, sin importar el rol, pero comprometidos con Salto y su gente.
Salto necesita un cambio radical, no podemos seguir permitiendo que la mediocridad y el abandono definan nuestro futuro. Es hora de que los salteños despertemos, exijamos una gestión responsable y nos involucremos en el proceso de transformación. Juntos, podemos rescatar a Salto y devolverle el esplendor que alguna vez tuvo.