Por el Padre Martín Ponce De León
Intento realizar estas líneas con todo el respeto que usted me merece más el respeto que debo a su condición de Presidente electo.
El pueblo, el soberano, ha decidido y así se debe asumir. Debo reconocer que no poseo el gusto de conocerle personalmente y, por ello, no me mueve a estas líneas otra cosa que la designación que ha recaído sobre sus espaldas.
Ser Presidente del país puede resultar, para usted, la mayor aspiración que una persona dedicada a la política puede aspirar, pero, también, ha de ser una pesada responsabilidad que, desde hoy, usted asume.
Responsabilidad que se inicia con la nada sencilla tarea de designar su grupo de colaboradores más directos. Colaboradores que deben estar a la altura de la nada simple tarea de gobernar para todos y por sobre las designaciones por simpatías políticas o cuotas partidarias.
Designar sus colaboradores, cercanos y más cercanos, es intentar formar un equipo que le ayude en la responsabilidad de gobernar por sobre el cumplir con simpatías personales. Ojalá pueda, usted, rodearse de aquellas personas que entienda más y mejor le habrán de ayudar en la tarea de gobernar para todos. No puede olvidar no se debe, ya, a un grupo político que lo llevó hasta el cargo para el que ha sido designado, sino que se debe a todos y a cada uno de los integrantes de la población de este bendito país.
De corazón le deseo que pueda poner todos y cada uno de sus empeños en la promoción del bien común, que suele ser la menos común de las promociones. Sus intereses personales y partidarios deben quedar postergados ante sus esfuerzos por el bien común que debe ser el primero y el mayor de sus deberes.
Dentro del bien común, como no puede ser de otra manera, están aquellos que viven en la indignidad o miseria. Son seres que han perdido la fuerza en su voz y, por ello, casi que ni tenidos en cuenta la hora de tomar decisiones. No se olvide de ellos puesto que un país mejor será en la medida que haya menos en condición de indignidad.
Productores, industriales, exportadores, comerciantes, pasivos y personal de la educación, la salud o las fuerzas El país no será mejor porque alguno de esos rubros podrá ser beneficiado con sus determinaciones. Solamente habremos de mejorar en la medida que todos, y subrayo el TODOS, colaboremos en la construcción de un país de posibilidades y responsabilidad social.
Que todos y cada uno de los habitantes de este país se puedan saber representados por usted, aunque, políticamente, simpaticen o no con su grupo político. Ese es un gran desafío que deberá asumir e intentar hacer realidad de la mejor manera posible. Nunca olvide que no gobierna para su sector político, sino que lo debe hacer para todos sin excepciones.
No se deje llevar por el alago fácil. Escuche a esas voces que, aunque molestas, ayudan a pensar, rectificar errores y superar limitaciones personales. Para ello no se encierre en una burbuja cómoda, sino que disfrute de la cercanía que ayuda a mejorar porque en constante escucha de la población.
No ha de haber nada peor que un gobernante distante de la voz de la gente y de las necesidades de los mismos.
Espero no tome a mal estas líneas. Yo no soy político y, por ello, puedo estar muy alejado de la realidad, pero me motiva el deseo de que pueda hacer una buena gestión de gobierno puesto que, si a usted le va bien, nos irá bien a todos.
Ni una culminación, ni una carga. Una oportunidad para buscar hacer lo mejor dentro de sus posibilidades, y con ello, que nos vaya bien a todos.