La cuarta fecha de la liguilla de la Divisional a del fútbol salteño se iba a jugar entre martes y miércoles, es decir, hoy y mañana, pero ayer todo cambió, pasando para miércoles y jueves, no sin antes vivir momentos de tensión, con posturas de un lado y del otro e incluso alguna salida intempestuosa desde el cuerpo de neutrales.
Lo concreto es que habrá dos partidos mañana, River Plate ante Ferro Carril primero y Nacional con Arsenal de fondo, y el jueves se cerrará con Universitario-Nacional.
INCREÍBLE CALESITA PARA LA FIJACIÓN
La instancia previa fue difícil de digerir; la semana anterior se había fijado esta cuarta fecha para martes y miércoles de esta semana y que el sábado, luego de finalizar Ceibal-Ferro, se definiría qué partidos iban en cada día. Con esa condición todos aprobaron.
Pero el sábado no se definieron los detalles anunciados, tampoco el domingo y todo quedó para ayer a la noche, ya a 24 horas del primer partido de la fecha.
Los neutrales reconocieron el error y, anticipándose al reclamo lógico de alguno de los clubes involucrados, el neutral José Luis Pertusatti propuso pasar la fecha para miércoles y jueves. A sus palabras se las llevó el viento y la sesión se enfrascó en votar la reconsideración y luego el eventual cambio o dejar todo como estaba.
Algunos clubes entendieron que no correspondía reconsiderar el tema porque ya se había fijado la fecha una semana antes. Olvidaban la condición clave, de la cual ello dependía y no se había cumplido.
Agregando un contexto de recaudación, se manejó una posible triple jornada para el domingo. De todas formas, se volvió a la moción de jugar miércoles y jueves, como se había propuesto al comienzo, la cual, al parecer, algunos increíblemente no habían escuchado.
Visiblemente molesto, Pertusatti se levantó de la sesión y se marchó antes de finalizar.
Los clubes involucrados votaron la reconsideración y luego fijaron para miércoles y jueves.
AMENAZA DE NO PRESENTARSE
En medio del debate, al final ya airado, el delegado de Nacional, Diego Montanari, no aseguraba que su club se presentara hoy martes a jugar ante Arsenal, como se pretendía fijar. Celular en mano y en contacto con sus pares tricolores, expresó esa drástica postura.
No era serio para el fútbol y para cualquier cuerpo técnico, que se supiera su partido un día antes. Al final, todo se solucionó.