Dr. Víctor Recchi.
Consejero Regional Norte.
Colegio Médico del Uruguay.
A medida que pasan los años las personas viven más tiempo. Antiguamente las personas vivían hasta los 50 o 60 años y morían precozmente por diferentes razones como guerras, hambrunas, infecciones etc. Desde que esas causas se van mejorando en todo el mundo las personas vivimos promediamente hasta los 85 años de manera que las mujeres viven desde los 50 hasta los 85 años en menopausia, más de 30 años.
Trataremos de aclarar los puntos más importantes de esta etapa de la vida, en esta y en próximas publicaciones, de manera que nuestras lectoras tengan información de primera mano sobre este tema que tanto afecta la calidad de vida y daremos algunos consejos para su control y tratamiento.
La transición a la menopausia representa un cambio significativo en la vida de una mujer, que marca el final de sus años reproductivos. La disminución de los folículos ováricos y, en consecuencia, de las hormonas trae aparejados un cumulo de cambios dentro de los cuales los clásicos calorones o tuforadas son los más característicos de esta etapa de la vida.
La menopausia se define como 12 meses de falta de menstruación, que ocurre después de los 40 años y generalmente a una edad promedio de 49 a 52 años.
Casi el 80% de las mujeres en todo el mundo sufren estos síntomas que pueden variar en gravedad y afectar la calidad de vida y la salud en general.
La falta de hormonas en la menopausia afecta muchísimos órganos y sistemas del cuerpo de la mujer en forma muy variada en intensidad y duración. En general las mujeres se quejan de unos pocos entre los cuales se encuentran los síntomas cutáneos vasomotores (calorones), el síndrome genitourinario de la menopausia (sequedad vaginal, incontinencia de orina leve), dolores en huesos y músculos, osteoporosis, y síntomas como aumento de peso, obesidad, aumento del colesterol y triglicéridos.
Como forma de comenzar por un lugar lo haremos por el síntoma mas común y que mas se comenta entre las mujeres en general que es los calorones que lo llamaremos síntomas vasomotores (SVM).
Los síntomas suelen ser sensaciones de rubor, sensación de calor, enrojecimiento de la piel y transpiración con la vasodilatación o constricción cutánea resultante en una forma inadaptada de regulación de la temperatura. En muchas mujeres, el enrojecimiento de la piel y el cuerpo también puede ser seguido por profundos escalofríos como efecto secundario.
Con una duración de entre 4 y 8 años para algunas mujeres los SVM puede tener un impacto significativamente negativo en la salud y el bienestar general de las mujeres que los padecen. Los datos muestran que las mujeres que experimentan SVM frecuentes (más de 6 días en 2 semanas) también experimentan tasas más altas de ansiedad, depresión, dificultad para dormir y deterioro general de la calidad de vida. Casi tres de cada cuatro mujeres posmenopáusicas sufrían fatiga y dos de cada tres tenían dificultad para dormir.
El ejercicio, la pérdida de peso y las técnicas de enfriamiento pueden asociarse con una mejoría en el SVM, aunque hay datos menos concluyentes en comparación con otras modalidades de tratamiento. Los primeros estudios observacionales mostraron que las mujeres físicamente activas tenían sofocos menos severos en comparación con aquellas que eran menos activas o sedentarias.
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