Por Andrés Torterola
Salto atraviesa una situación preocupante en lo que respecta al consumo problemático de sustancias adictivas por parte de jóvenes, según lo indicado en notas periodísticas realizadas a CAMBIO por madres que integran grupos de ayuda.
Año a año se detectan incrementos significativos en la cantidad de adolescentes y jóvenes adultos que presentan patrones de consumo que afectan gravemente su salud, su entorno familiar y su integración social. Este fenómeno genera alarma entre las familias, las instituciones educativas, y también ha puesto en evidencia las limitaciones del sistema local de atención a las adicciones.
En este contexto, los escasos centros de rehabilitación existentes en la ciudad han llegado al límite de su capacidad locativa. Funcionan con listas de espera prolongadas, lo que representa una seria dificultad para quienes buscan una salida rápida a su situación de consumo y para sus familias, que a menudo se sienten impotentes ante la falta de respuestas efectivas e inmediatas. La demanda ha superado ampliamente los recursos disponibles, lo que hace necesario pensar en soluciones de mediano y largo plazo que incluyan creación de nuevos espacios de atención como el fortalecimiento de los ya existentes.
DETRÁS DE CADA HISTORIA
Ante este escenario, un grupo de profesionales de la salud mental, conscientes de la gravedad del problema, ha comenzado a organizar e impartir cursos de formación para operadores terapéuticos. Esta capacitación busca dotar a personas interesadas —tanto profesionales como miembros de la comunidad— de herramientas teóricas y prácticas para acompañar procesos de rehabilitación y reinserción social. El objetivo es ampliar el alcance de las acciones terapéuticas, colaborando estrechamente con las instituciones que ya vienen trabajando con personas en situación de consumo.
Estos cursos brindan formación técnica, también promueven una mirada humanizada del abordaje de las adicciones, entendiendo que detrás de cada caso hay historias personales atravesadas por múltiples factores: vulnerabilidad social, deserción escolar, desempleo, violencia familiar, entre otros. Los operadores terapéuticos formados en estos espacios tendrán un rol clave en el acompañamiento cotidiano de las personas afectadas, trabajando en equipo con psicólogos, psiquiatras, trabajadores sociales y educadores.
GENERAR CONCIENCIA
Por otra parte, diversas organizaciones de la sociedad civil, junto a actores del ámbito público, están planificando articular esfuerzos para desarrollar campañas de prevención y sensibilización, dirigidas especialmente a los adolescentes. Estas acciones tienen como fin generar conciencia sobre los riesgos del consumo problemático y promover estilos de vida saludables, basados en el cuidado del cuerpo, el fortalecimiento de vínculos positivos y la participación comunitaria.
La problemática del consumo de sustancias en Salto no es nueva, pero ha alcanzado niveles que requieren una respuesta urgente y coordinada.
