jueves 24 de abril, 2025
  • 8 am

Si, se supera

Alexandra Ledesma
Por

Alexandra Ledesma

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Edicto Matrimonio

Por Alexandra Ledesma
Socióloga y Educadora sexual
Todos crecimos con la idealización del amor, que a todos nos llega en algún momento de la vida “el alma gemela”, ese amor que no tiene fin, que todo lo puede, que viene para completarnos, nuestra media naranja.
Pero en qué momento nos preparan para el desamor, los amores que culminan, para esos que tienen fecha de vencimiento, esos que llegan pero que no perduran.
Soñamos con él “para siempre” pero sin disfrutan el “por mientras”, y cuando aparecen las rupturas es que creemos no poder con eso.
Hoy, me gustaría hablarles del “sí puedo”, del “sí, se supera”, de “esto también pasa”.
Cuando nos toca una ruptura hace que por momentos todo parezca cuesta arriba, y es que si, se hace cuesta arriba, porque como todo en esta vida, también es un proceso no lineal, es un proceso emocional que lleva su tiempo, sus lagrimas, y nos encontramos con ese momento de introspección, de mirar hacia adentro, debo mirarme a mí, mimarme, cuidarme, y sobre todo, no castigarme.
De esto también se sale, se sana y sobre todo se aprende.
Cuantas veces quisimos que los momentos que nos hacen felices duraran para siempre, y bien sabemos que no es así, entonces, pensemos al dolor también desde ese lugar, un lugar en el que me encuentro temporalmente, no duele para siempre, el dolor día a día se va transformando en algo que ya no pesa.
Debemos aprender a que el dolor también enseña, que las rupturas nos muestran eso que debemos reforzar en nosotros, algunas relaciones nos muestran nuestros límites, nuestra falta de amor propio, y otras nuestra gran capacidad de amar.
El poder soltar eso que ya no funciono, nos permite darnos nuestro espacio, espacio para el amor que nos debemos, y que debemos cultivar día a día en nosotros mismos.
Muchas veces entendemos esto como un fracaso, y ya te digo que NO, no fracasamos, solo entendemos lo que merecemos y lo que estamos dispuestos a dar.
Los vínculos no nos deberían llevar por caminos sinuosos, no deberían provocarnos ansiedad ni dudas, no son sinónimo de sacrificio constante ni momentos de angustia, son, o deberían ser, nuestro lugar seguro.
Es por ello que una ruptura no es el fin de nada, sino un nuevo comienzo de algo mas, el momento de redirigir nuestra energía de movernos hacia otra dirección reforzando el vinculo pero con nosotros mismos y con nuestra red segura.
Ese momento, en que duele hasta respirar, hay que buscar un nuevo enfoque, regularnos emocionalmente, dedicarnos tiempo y paciencia, hablar con esa red segura, porque hablar sana y mucho, abandonar el auto-castigo porque echar culpa donde ya hay dolor es aun peor.
Sobre todo entender que lleva tiempo, ninguna herida se cura de un día a otro, no lo hacen las heridas físicas, menos las emocionales, lo mejor es tratarnos con amor, siendo conscientes del duelo pero sin que se robe toda nuestra atención, y si aun así lo hace, crea un espacio seguro, donde logres bajar los niveles de ansiedad, porque es ella, “Señora Ansiedad” la que llega para incomodarnos, busca actividades que te hagan reconectar contigo y solo contigo, liberarte de las redes sociales, medita, lee, camina, respira, pero no permitas que lleguen esos pensamientos y se sientan tan cómodos que no quieran irse, que vengan, pero que no queden anclados, porque duele, pero se supera.