Por Pablo Vela
A 11 días de la elección departamental seguimos expresando temas, asuntos, necesidades que El Nuevo Intendente deberá afrontar con urgencia y mucho ingenio para poder rescatar al departamento del estado en que se encuentra.
El Turismo ha sido abandonado por quienes han gobernado los últimos 10 años y ello repercute de varias maneras pero todas coincidentemente negativas para los salteños, es por ello que salir de las manos que hoy lo manejan es vital.
¿Por qué? Porque el Turismo, en su concepto más amplio, tiene consecuencias directas no solo para el turista sino que también golpea o beneficia (según el caso) de lleno al comerciante salteño y a la propia Intendencia, por ende al salteño en general.
Una sencilla búsqueda del concepto de Turismo nos arroja que “el turismo es un fenómeno social, cultural y económico que supone el desplazamiento de personas a países o lugares fuera de su entorno habitual por motivos personales, profesionales o de negocios.”
Es claro y preciso, tan claro y precisas como las medidas que deben desarrollarse para que nuevamente sean miles los salteños que puedan vivir del Turismo directa o indirectamente.
En los últimos años, según estudios privados, cerca de 5.000 fueron los puestos de trabajo que Salto perdió y si la situación no cambia serán más.
Algo fuera de discusión y que solo a una administración como la que sale no se le ocurrió, es un buen mantenimiento de las zonas de mayor atracción turísticas, aquellas que generan la visita del turista y en las que la Intendencia tiene responsabilidad directa: Daymán, Arapey, Parque del Lago, Río Uruguay solo por poner unos ejemplos.
Hoy la falta de mantenimiento, la suciedad, la falta de saneamiento, hacen de esos lugares poco atractivos como para que una persona que llega al departamento a descansar, disfrutar, etc., quiera volver o en algunos casos hasta corta su estadía para retirarse antes según nos comentaban empresarios y comerciantes de los lugares mencionados.
No tener un cronograma anual de actividades tampoco ayuda y ahí debe entrar la Intendencia: generar eventos, fiestas que terminen formando un calendario para que quien viene y quien recibe sepa con varios meses de anticipación como será el movimiento: reservas, gastos, contratación de empleados, etc. Esa previsibilidad tan necesaria para el turismo hoy en Salto no existe más allá de los días declarados feriados, aparte de eso, nada.
Ni habla de poner a gente especializada en el rubro a comandar los destinos de la política en Turismo de la Intendencia pero además a quienes articulen las actividades en conjunto (alianzas estratégicas con otros organismos gubernamentales, descentralizados o privados).
Salto hoy en día genera Técnicos en gestión en Turismo, Gastronomía, Deportes Náuticos. Deben ser tenidos en cuenta, deben ser convocados, generar sistemas de pasantías, fomentar emprendimientos para que no solo tengamos agua termal (“agua caliente”) para ofrecer.
El Turismo Cultural espera, el Turismo Cristiano espera, el Turismo Deportivo espera, el Turismo Rural, el Turismo de Congresos. Salto, después de Montevideo y Canelones es el departamento con la capacidad locativa para organizar este tipo de eventos pero falta gestión, sí, otra vez falta gestión, capacidad y creatividad.
La conectividad aún continúa en el debe, terrestre y hoy en día área también. Trabajar en ello también está en carpeta.
Los recursos humanos están, los recursos naturales están, los recursos económicos ingresan del turista, solo una mala administración “rechaza” y “desperdicia” al Turismo como fuente de trabajo para los salteños e ingreso para las arcas departamentales que bien pueden atenuar el desastre a nivel de infraestructura y de materiales necesarios para que los funcionarios municipales puedan trabajar, los de todos los sectores, como corresponde, para generar un servicio de calidad en todo el departamento.
En eso, también estará la 9007 y Marcelo Malaquina Intendente.
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