sábado 10 de mayo, 2025
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Lo transitorio

Padre Martín Ponce de León
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Padre Martín Ponce de León

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Por el Padre Martín Ponce De León
Poco a poco fueron pasando los días y cuesta decir que me iba acostumbrando a estar allí. Por más que, en ese tiempo, muchos rostros se repetían era imposible acostumbrarse puesto que uno se sabe de paso.
Ello es una sensación determinante. No hay otra cosa que lo transitorio. Todo, por más que situaciones se repitan, dicen de transitorio.
Los turnos y la presencia de las enfermeras o enfermeros correspondientes a cada uno se vuelven inalterables, todo dice de transitorio y, tal hecho, se vuelve una forma de medir el tiempo. También marcan las horas la irrupción de los alimentos y lo que ello significa.
Los tiempos se cumplen con puntualidad pero ello no implica incorporar dicha situación. Todo es transitorio puesto que uno se encuentra allí con la mentalidad de “por un tiempo”, “esperando el alta”, “deseando volver a casa”.
Si alguien me pregunta si algo de lo vivido lo incorpore a mi existencia debo decir que no puesto que viví cada momento como realidades que se presentaban no para quedarse sino, solamente, realidades circunstanciales.
Para quien debe vivirlo sin lo transitorio, debe ser una experiencia totalmente distinta y mucho más dura. Lo transitorio uno lo puede vivir, y así lo intenté yo, como un algo que está de paso, por lo tanto “ya va a pasar”.
Tener que pasar por incomodidades físicas sabiendo las mismas están, únicamente de paso se hace mucho más llevadero que, supongo yo, vivirlas como realidades que se han de quedar en uno. Puede incomodar una sonda, pero su incomodidad es mucho menos cuando uno sabe “es por unos Días” y no una realidad que llegó para quedarse, como sucede con “la vía”. Lo transitorio se nota en oportunidad que llegó dos regalías, esa misma presencia que se hace a un lado y por más que exista no aparezca en primer plano.
Es una oportunidad para ejercitarnos en paciencia, aceptación, tolerancia, respeto y resignación. Detrás de casi todas las situaciones posibles ellas están presentes para que nuestra oración sea prolongada, intensa y vivencial.
Lo transitorio se nos hace una maravillosa oportunidad para reconocer y agradecer.
Todo resulta poco para reconocer el inmenso significado de algunas personas dentro de mi vida y para agradecer tal hecho. Con tal motivo es que lo transitorio no guarda espacio para el descontento o la queja ya que, todo lo suyo no hace otra cosa que recordarnos que es pasajero o momentáneo. Puede uno saberse molesto o incómodo, pero, también lo sabe, ello es una situación temporal y pasajera y, por lo tanto, no tiene mucho sentido la queja o la protesta.
Sin lugar a dudas, que, en oportunidades vivimos lo transitorio como si fuese definitivo y, tal cosa, nos hace pasar muy malos momentos ya que nos quedamos en esas pequeñas cosas transitorias que pueden incomodar o molestar y ello nos hace perder de vista lo esencia, que, siempre, debe ser lo que verdaderamente importa. A lo largo de este período lo vivido inmerso en lo transitorio, por lo tanto, viviendo situaciones que pasaban por mi realidad circunstancialmente.
Fueron unos días, en el tiempo, unos pocos días. Para mí, muchísimos días. Días donde todo era transitorio. Donde lo esencial se presentaba detrás de realidades que, únicamente, estaban de paso.
Sin duda que podría encontrar muchos casos para ponderar y algunas otras para criticar pero nada de ello tiene mucha importancia puesto que todo era transitorio.
Fueron unos días donde me encontré con situaciones totalmente nuevas y que me sirvieron para poder valorar esas realidades que hacen y dicen de lo esencial puesto que ello, sin duda, no posee nada de transitorio.