Personas en situación de calle
Por Dr. Fulvio Gutiérrez
La frase del título, sintetiza una situación personal que no quisiéramos que se diera en nuestro país. Pero la realidad rompe cualquier tipo de pensamiento o de previsión, y hoy hay miles de personas que padecen ese terrible problema. Se trata de personas sin hogar, que pernoctan en la calle, espacios abiertos o en edificios o espacios que no están destinados y/o no están en condiciones para la habitación humana.
Carecen de ingresos económicos, sus familias los rechazan, sobreviven gracias a la caridad humana o con alguna propina por “guardacoche”, y en muchos casos, son alcohólicos o adictos a las drogas. Esa es, en síntesis, la cruel realidad. La solución a este problema supone una política de largo alcance, que llevará, seguramente, mucho tiempo. Y tiempo es lo que no se tiene cuando se dan situaciones como la que se desbordó el pasado lunes. Por lo pronto, compete al gobierno de turno paliar esta situación, como medida primaria y urgente, y evitar su agravamiento, para que no termine en la muerte. Como lamentablemente se está dando.
A veces, hay que tener memoria. Recuerdo que frente a la muerte de una persona que estaba en situación de calle, en el invierno del 2020, un grupo de senadores del Frente Amplio, envió una nota a la entonces Vicepresidenta de la República, Esc. Beatriz Argimón, solicitando que tramitara un pedido de informes al Ministerio de Desarrollo Social, para que explicara los hechos que rodeaban a aquella triste situación. El Frente Amplio le dio amplia difusión al hecho, porque la política de la izquierda era, y lo sigue siendo, politizar todo y tratar de transformar al gobierno de turno de aquella época, en el malo de la película.
El gobierno de Lacalle Pou,que,en aquel momento, estaba luchando con la pandemia del Covid, sufrió también un caceroleo y la solicitud de parar el país. ¡Insólito! Lacalle Pou le contestó con una política de “libertad responsable”, que resultó acertada y mereció el reconocimiento mundial. Pero la izquierda no aprendió.
Pasado los años, la historia se repite, y el Frente Amplio, a casi cuatro meses de la asunción, del Presidente Orsi, se encuentra con el comienzo de un crudo invierno, y una situación climática adversa, que ha provocado hasta el día martes pasado, en Montevideo, siete fallecimientos de personas en situación de calle, además de algunas otras en el interior y una persona fallecida en Salto. El actual Ministro de Desarrollo Social Gonzalo Civila no sabía qué hacer, porque ideologizado como está, no quiere aplicar la norma de internación compulsiva, que, en esos casos, previa certificación médica, lo faculta a efectivizar dicha internación con la asistencia policial.
Pero Civila odia a la policía, porque su ideología de izquierda así se lo orden, y lo dijo públicamente. Sostiene la absurda teoría de que toda persona tiene derecho a ocupar los espacios públicos. Escudándose en ella, se olvidó incluso que la ocupación de espacios públicos está prevista como una falta legal, en la Ley No. 19.120, y por tanto, es legítimo retirar a una persona de esa situación incluso contra su voluntad, y hasta imponerle una sanción.
Entonces Civila, apremiado por la realidad, recurrió a Presidente Orsi, quien reunió a sus ministros del área social, y en forma urgente, dio un verticalazo y ordenó aplicar una “alerta roja” en base al decreto No. 65/2020, que reglamentó el Sistema Nacional de Emergencia (Sinae),creado por la Ley No. 18.621, como un sistema público y permanente para la gestión de emergencias que permite la evacuación obligatoria de las personas en situación de calle, pero no afecta la movilidad de las personas en general, ni las actividades educativas o laborales. Frente a la orden superior,
Civila debió recurrir a la policía como ejecutora natural de una orden gubernamental, y también debió recurrir a las Fuerzas Armadas. La noche del pasado lunes, 272 personas fueron llevadas sí o sí, a refugios del Mides y otros lugares donde estuvieran protegidos del frío, la lluvia y el viento polar. Todos se salvaron. Está claro que la conducta de Civila como ministro fue lamentable. No tiene idoneidad para ese cargo y no sabe gestionar. Por tanto, a mi juicio, no debería continuar como Ministro, ya que no se anima aplicar las herramientas jurídicas que tiene a su disposición, y necesita la decisión presidencial. Como se dice en campaña, “no es pa’ cualquiera la bota de potro”.
En situaciones de emergencia, donde se requiere decisiones rápidas y precisa, no se puede dudar, y mucho menos esconderse detrás de ideologías perimidas, que lo que solo hacen es obstaculizar el salvataje de personas. Y en el caso mencionado, la vida de muchas personas estaba en juego. Para colmo, el invierno recién comenzó, y ya se pronostican la ocurrencia de situaciones climáticas similares a la del pasado lunes. Civila deberá recordar muy bien la orden del Presidente Orsi: “que el lunes por la noche nadie duerma a la intemperie”. Cuidado que puede haber varios “lunes” como el pasado.