Dr. Fulvio Gutiérrez
El 31 de enero pasado, el Dr. Jorge Quian, (a cargo del Ministerio de Salud Pública en ese momento), afirmó que se habían tomado las medidas adecuadas para enfrentar al coronavirus, agregando que Uruguay estaba más preocupado por dengue y sarampión (¡textual!). A dos meses de semejante disparate, el Coronavirus Covid-19 estaba en Uruguay, y el MSP no estaba preparado. Asume la Presidencia Lacalle Pou, y a los pocos días decreta la Emergencia Sanitaria, se suspenden las clases, y se da prioridad absoluta a todo lo que tuviera que ver con la defensa de la salud de nuestros habitantes.
El novel gobierno fue puesto a prueba ante una crisis inesperada que obligó a cambiar una programación largamente elaborada. Entonces aparecen los gobernantes que valen. Porque el gobierno de un país, no es para jodidos. Es para gente lúcida, que antepone los intereses generales a los personales, que tienen ideas, que recurren a quienes las tienen, que busca soluciones, caminos, atajos si los hay. Había que trabajar duro y ser transparentes. El ciudadano que votó por el actual gobierno quedó conforme; y quienes no lo votaron y están en la oposición, pero valoran lo que se hace, también. Porque todas las tardecitas se informa a la población. De frente y dando la cara.
La gente común también reaccionó. Conocemos conmovedores ejemplos de desprendimiento personal de lo poco que algunos tienen, y tal vez lo podríamos resumir (solo resumir porque son varios) en esa niña que le envió una carta al Presidente Lacalle Pou ofreciéndole el dinero de su alcancía que tenía $120. Esto se llama conciencia de país, responsabilidad, sacrificio personal en beneficio de todos, y sobre todo, se llama DIGNIDAD HUMANA. Actitudes como estas, tuvieron un efecto multiplicador. Entre los privados, la gente de campo, las organizaciones gremiales de productores, diversos empresarios de distintos rubros, tomaron conciencia de que algo había que hacer. Pero esta vez, el sacrificio no era del Estado a la población, sino de parte de la población hacia el Estado. Hoy se han resuelto donaciones realmente importantes del sector agropecuario, que destinará unos U$S100 millones para el Fondo Coronavirus. A eso se fueron sumando colaboraciones de organismos descentralizados del Estado como la Corporación Nacional para el Desarrollo, el Instituto Nacional de Carne; el Banco Central que redujo los encajes bancarios con igual finalidad; nuestros legisladores que renunciaron y hasta eliminaron jurídicamente sus derechos a percibir una suma por partidas de prensa; una ley rebajó los sueldos de funcionarios públicos electivos o de confianza, y de jubilaciones de alto monto con el mismo destino por unos meses; y además se recurrió a organismos multilaterales de créditos (préstamos de contingencia), que siempre se debe tener por las dudas; sin perjuicio de que Uruguay tiene crédito en la banca internacional. La Ministro Azucena Arbeleche aseguró que se van a cubrir todas las necesidades sociales y sanitarias, así como a sostener la economía durante la epidemia”. La población, entonces, debe estar tranquila y quedarse en casa..
Lamentablemente no todo es así. En tiendas frentistas, encontramos actitudes y gestos que nos dan vergüenza. El ex Presidente Vázquez pide cuarentena total cuando sabe que eso es imposible e irrealizable (¿recuerdan cuando en el 2002 pidió el default, a lo que inteligentemente, el Presidente Batlle se opuso?); dona a China, días antes del cambio de mando, materiales que son precisamente imprescindibles para el combate al coronavirus; un Ministro de Defensa (Bayardi) dice ignorar (¿?) una donación de uruguayos que viven en Canadá, que estaba en la Aduana para ser destruida y servían para combatir la pandemia; varios Ministros y otros jerarcas que prácticamente hicieron abandono de sus obligaciones, quince días antes del cambio de mando; un Pit Cnt que propuso, impulsó y concretó un caceroleo contra el gobierno a menos de un mes de haber asumido; el absurdo e impresentable insulto de Gabriel Molina, uno de los integrantes del Secretariado Ejecutivo del Pit Cnt, al Presidente Lacalle Pou; legisladores de izquierda que pretenden cambiar la redacción de la ley que elimina el pago del rubro prensa, cuando lo habían aprobado en Comisión; algunas Intendencias frentistas que niegan sumarse a las medidas que adopta el gobierno nacional; la agraviante actitud de la Intendencia frentista de Paysandú, derivando una donación alimentaria hacia sus punteros políticos para digitar el reparto; y suma y sigue. Esas son las MISERIAS HUMANAS. Amigo lector: vaya tomando nota porque el tiempo pasa y después algunos se olvidan.
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