Por el Dr. Pablo Perna
El origen del Día Internacional de la Mujer, conocido popularmente como “8M”, se remonta al 8 de marzo de 1875, donde miles de trabajadoras textiles salen por las calles de Nueva York buscando mejores condiciones laborales; el movimiento fue violentamente reprimido donde 120 mujeres fueron asesinadas en manos de la autoridad.
Años más tardes, el 25 de marzo de 1911, nuevamente en la misma ciudad y en el mismo rubro textil, 146 mujeres que reclamaban igualdades laborales fueron encerradas en la fábrica por sus propietarios y prendidas fuego. El color violeta que se utiliza hoy en las movilizaciones se debe a que en la fábrica se elaboraban blusas de color violeta y que el humo del incendio, que se veía a kilómetros, se decía que también lucia con las mismas tonalidades. En conmemoración de estos episodios, en 1977 la ONU reconoce el 8 de marzo como el “Día Internacional de la Mujer”.
¿Qué sucedía en el Uruguay? Aquí fuimos diferentes al mundo, José Batlle y Ordoñez bregó siempre por la igualdad de género. En 1906 se crea el primer proyecto de ley sobre licencia maternal, en 1912 se establece una cuota mínima femenina para la Administración Pública y se crea la Universidad de la Mujer.
En 1913 se aprueba el divorcio por la sola voluntad de la mujer, siendo el primer país en América Latina en reconocerlo, en 1918 se crea la ley de la silla, donde se establece el descanso obligatorio de la mujer en los lugares de trabajo, muchos años antes que a los hombres.
En 1927 también somos el primer país en América del Sur donde vota una mujer, fue una brasilera radicada en nuestro país, Rita Ribero. En 1948 se equiparan los derechos civiles a lo de los hombres; hasta esa fecha la mujer era considerada incapaz legal, debiendo ser asistida por su padre o marido.
En lo que se refiere a “figuras” de mujeres, tuvimos muchas emblemáticas durante el S XIX, que en otras columnas hablaremos, pero también en el S XX hasta nuestros días. Las hermanas Luisi que se abrieron espacios emblemáticos entre los hombres, Paulina primera mujer abogada de Uruguay obteniendo el título en 1911, y Clotilde, nacida en Paysandú, primera mujer médica y activista feminista. Luchó contra la trata de blancas, el proxenetismo y prostitución, entre otras consignas igualitarias.
La Dra. Alba Roballo, oriunda de Artigas y colorada, siendo la primer mujer Ministra en toda América Latina, designada durante la Presidencia de Pacheco Areco; destacada mujer, temperamental, que fue diputada y senadora en la primera mitad del siglo sin cuotas feministas.
La Dra. Adela Reta, penalista, primera mujer catedrática de la Universidad, destituida durante la dictadura se dedicó a defender a presos políticos. Fue Ministra de la Corte Electoral, Presidenta del Consejo del Niño, Ministra de Educación y Cultura y Presidenta del SODRE, hoy en homenaje el “Auditorio Nacional” lleva su nombre.
No podemos olvidarnos de nuestra salteña, Dra. Jacinta Balbela, primera mujer en ocupar la autoridad más alta del Poder Judicial, la Presidencia de la Suprema Corte de Justicia.
Tampoco debemos olvidarnos de las mujeres iconos de nuestro Departamento que aún siguen firmes entre nosotros, ejemplo de ello es la Dra. Esther Galbarini, fundadora del “Grupo Vivir” creado en 1995, que asesoraba y defendía gratuitamente a mujeres víctimas de violencia doméstica, cuando todavía en nuestro país no se hablaba de estos temas, ni existían manifestaciones feministas que atentaran contra la salud pública; impulsora de lo que fue en el 2002, bajo la Presidencia de Jorge Batlle, la aprobación de la primera ley de “erradicación de violencia doméstica”; cientos de vidas de mujeres han salvado.
Creyendo firmemente en la libertad e igualdad del género, culmino con la frase icónica de una de las mujeres que revolucionó la moda en el mundo y que en su momento por amor fue acusada de espionaje durante la segunda guerra mundial, la diseñadora Coco Chanel, que sostuvo: “Una mujer debe ser dos cosas: quien ella quiera y lo que ella quiera”.
También va el homenaje a las mujeres anónimas que se cuidan y se quieren, a las madres, a las trabajadoras, empresarias y emprendedoras, en fin, a las verdaderas feminista de nuestro querido Uruguay.
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