martes 30 de abril, 2024
  • 8 am

La empatía hace la diferencia

Dr. Carlos Silva
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Dr. Carlos Silva

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Dr. Carlos Silva
Edil Partido
Nacional
Prácticamente todos los meses se conocen distintos estudios de opinión pública respecto a la gestión del Gobierno. Más o menos, casi todas marcan números similares, fundamentalmente sobre la popularidad del Presidente de la República y su gestión, que ronda el 60 % de aprobación. Cosa que para algunos es lo esperado, como lo es para nosotros, para otros es una sorpresa, pero lo triste, es que a algunos les molesta.
Como decíamos, para nosotros no es sorpresa que el Presidente, tenga esta aceptación por la ciudadanía, no nos asombra que sea bien avaluado en su gestión, porque más allá que tenemos un gobierno que pese a toda la situación de pandemia que está viviendo, ha sabido llevar las riendas del país y se han comenzado a ver cambios en áreas muy sensibles para la población, como, por ejemplo, en la seguridad, aunque aún queda mucho camino por recorrer.
El pasado viernes se inauguró la zafra de la caña de azúcar y allí estuvo el Presidente, tuvimos la oportunidad de estar presentes y una vez más fuimos testigos de sus actitudes. Amable, descontracturado, cordial con todos y dedicándole un momento para cada uno de los que allí estaban y se lo requerían. Detalles que no son de ahora, sino que lo conocemos así, desde el primer día, pero ahora, muchos lo pueden ver.
Por distintos medios y redes sociales se pudo ver un video, cuando el Presidente se baja a saludar a un trabajador, alguien que el mismo se hace llamar “un peludo”, lo reconoce y recuerda de cuando este hombre trabajó con su señora, en Maldonado, lo saluda y sigue adelante quedando comprometido en dar los saludos que éste trabajador le pedía. Pero eso es lo que vimos en la tele, eso es lo que recorrió las redes sociales, pero hubo mucho más que eso.
También vimos a un Presidente reconocer un escudo de un club de nuestra ciudad en un tapabocas, Saladero F.C., recordar que allí había estado en dos oportunidades, lo vimos salirse del protocolo y llegar primero a una casa de familia, donde había dado su primer discurso político para saludar a su dueña. Observamos cómo, con cada una de las personas se le acercaban, tenía una palabra y un gesto amable, palpamos la empatía que genera con la gente.
Luego rumbo al complejo de ALUR, trabajadores zafrales de un semillero de caña en Belén, lo estaban esperando para reclamarle por el supuesto cierre de dicho emprendimiento. Según nos habían informado, los manifestantes no tenían esperanzas en que el Presidente los escuchara y no solo que no fue así, sino que él decidió parar, bajarse, escuchar e intercambiar con ellos mano a mano, pero, además se comprometió en profundizar en el tema e intentar encontrar una solución al mismo.
Luego de este suceso, algo quedo resonando en el ambiente, algo quedo dando vueltas en quienes allí, descreídos en principio, esperaban al Presidente, ellos también pudieron ver que lo que presuponían, no era así. Allí llegaron a la conclusión que no se preciso de una cita previa para que los escuche, que llego solo y sin guardias que lo rodearan, y que, además, como algunos comentaron, “mira, no es lo que nos vendieron, el hombre da la cara, escucha y anda solito”.
Esto es Luis, esto y mucho más es nuestro Presidente, alguien cercano a los problemas de la gente, sencillo y sensible, comprometido y serio al momento de tomar decisiones, seguro de lo que hace y con respeto a quienes piensan distinto, en todo momento. Para nosotros no es sorpresa, hace más de 10 años que lo sabemos, otros lo están descubriendo y algunos pocos, aún se niegan a verlo. Pero lo importante de todo esto, es que tenemos a un Presidente que está presente y se hace cargo, porque su desvelo, como el de muchos de nosotros, es dejar un mejor país del que recibimos.