sábado 5 de julio, 2025
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Informe relaciona alta tasa de suicidios con las afectaciones emocionales que dejó la pandemia

Este martes 30 de noviembre desde las 8:30 horas en la sala de la Universidad de la República del Palacio Veltroni (Artigas y Treinta y Tres Orientales) del Cenur Litoral Norte sede Salto, se realizará la charla “Pandemia y Conducta Suicida en Uruguay”. La misma es organizada por el Grupo de Comprensión y Prevención de la Conducta Suicida – UDELAR, contando con la participación de los referentes de dicho grupo, Pablo Hein y Cristina Larrobla. Y cuenta con la colaboración del Departamento de Ciencias Sociales del Cenur Litoral Norte de la Udelar. Actividades en el marco de las propuestas financiadas por la Unidad de Promoción y Desarrollo de la Extensión Universitaria y Actividades en el Medio de Facultad de Medicina.
PROBLEMA MULTIFACTORIAL
La salud mental (SM) es un componente fundamental de la salud que está directamente relacionado con el bienestar personal y colectivo. Por lo tanto, su impacto directo en las personas, familias y comunidades se considera un aspecto importante a ser tenido en cuenta. La declaración de pandemia por la covid-19, determinó formas de aislamiento social que impactaron de forma combinada en diferentes niveles (biológicos, sociales, económicos y psicoemocionales). Con el confinamiento prolongado en el año 2020, aumentaron las problemáticas vinculadas a altos índices de estrés que se reflejaron en problemas a nivel vincular, conductas auto y heteroagresivas, miedo, angustia, pérdida de familiares sin posibilidades de contactos previos, etc. Estos factores, que se encuentran en la base de las problemáticas de SM ya prevalentes en ciertos sectores de la población, se consideran de riesgo para la conducta suicida. El agravamiento de la situación epidemiológica y la exacerbación de las conductas anteriormente mencionadas significó, desde fines de diciembre del año pasado hasta ahora y a futuro también, la rápida saturación del sistema sanitario.
SOBRECARGAS
EMOCIONALES
El informa sostiene que todas las personas han estado expuestas a sobrecargas emocionales, desborde de demandas, miedo al riesgo de contagio permanente, necesidad de equipos de contención psicológica, presiones económicas, pérdidas de trabajo y modificaciones de las formas de trabajar (teletrabajo o trabajo a distancia), dilemas éticos, etc. Es decir que la combinación de epidemia/aislamiento/confinamiento presentó cambios sustanciales a nivel psicológico individual (emociones, pensamientos, etc.), como psicológicos grupales (relaciones interpersonales en los diferentes ámbitos de relacionamiento en que se desempeñe cada persona, etc.), entre otras. Las sociedades deben reponerse de un trauma colectivo, con una fuerte fragmentación social difícil de subsanar en tanto se reconfiguraron todas las relaciones, lo que hace imperioso abordar el bienestar emocional en tanto los costos humanos, económicos y sociales a largo plazo tienen consecuencias de altísimo impacto. Los suicidios y las conductas suicidas en Uruguay han aumentado en las últimas 2 décadas a un ritmo sostenido.
Si bien es una problemática que ha sido declarada un problema de salud pública, en la situación actual el tema ha cobrado una mayor notoriedad que ha trascendido el Día de Prevención del Suicidio (17 de julio).