El año pasado se gastaron 691 millones de pesos en seguridad de centros educativos de todo el país. Los recursos se distribuyeron en 457 locales de primaria, secundaria y UTU que sufren robos y actos vandálicos de forma recurrente. Las cifras indican que en 2016 hubo 74 robos e incidentes de vandalismo mientras que la cifra trepó a 244 incidentes en 2021. Las autoridades educativas reconocieron el problema de seguridad y señalaron que se trabaja para mejorar las condiciones de alumnos, funcionarios y docentes.
COSA DE TODOS LOS DÍAS
La situación de vandalismo en los locales escolares o de enseñanza media es cosa de todos los días. Los delincuentes ingresan a los predios -que muchas veces cuentan con sistema de alarmas-, aunque muchas otras no y una vez dentro del perímetro escolar roban todo tipo de elementos, alimentos, materiales y provocan destrozos de los salones de clases, aberturas, ventanas y mobiliario escolar.
Los centros CAIF también son parte de este tipo de delincuencia que se trata de contener, pero que muchas veces resulta una tarea compleja, sobre todo para las escuelas inmersas en barrios o zonas de mayor conflictividad.
