jueves 21 de noviembre, 2024
  • 8 am

Falta y se nota

Pablo Vela
Por

Pablo Vela

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Minervine

Por Pablo Vela Gadea
Que no abunda no es novedad, que es sumamente necesario tampoco, que el salteño, el uruguayo lo exige y pide también era sabido pero no deja de sorprender.
Que se necesita cada vez más, que debe estar presente permanentemente en el departamento y en el país, también es sabido pero no por eso no deja de sorprendernos.
Porque sorprende, porque lo que debería ser normal parece no serlo por todo lo que venimos recibiendo estos últimos meses y nos hace ratificar que el ciudadano espera de todo el espectro político muchísima más honestidad, sinceridad y transparencia.
Electos o cargos de confianza deberían honrar con un buen desempeño, mínimamente, el lugar que directa o indirectamente la ciudadanía les dio: buena gestión, tiempo de trabajo, propuestas y concreciones, etc. deberían ser los temas de los que habláramos los salteños en vez de comentar una semana sí y la otra también las agresiones verbales entre dirigentes (cargos) políticos, promesas incumplidas, asuntos en la nebulosa que no le cierran a nadie, etc.
Es tal la falta de sinceridad y transparencia que notamos en los salteños que algunos no entienden como alguien que integra la coalición de Gobierno Nacional y ha sido su acérrimo defensor como el Dr. Gustavo Zubía y su sector TERCERA VÍA pueda osar en criticar al Ejecutivo Nacional.
Esa es y será nuestra principal línea de trabajo: el país cayó durante 15 años en un pozo económico, en la Salud, en la Educación, etc., y existía la imperiosa necesidad de cambiar las riendas en materia gubernamental; la estrategia electoral fue exitosa y se llegó al Gobierno pero ahora no se puede cambiar la esencia, cuando no se vean reflejadas promesas de campaña, cuando se vean errores, se los vamos a hacer notar y a intentar ser parte de la solución.
Seremos quienes ayuden a mantener la dirección que se logró tomar y si para eso debemos señalar públicamente lo que falta se hará, a veces hasta intentando prevenir ciertas cuestiones (ejemplo Fiscalía General de la Nación), allí estaremos porque es lo que la gente pide: transparencia, iniciativa, convicción y menos apariencia, discurso políticamente correcto.
La trascendencia de Gustavo Zubía hoy tiene sus fuerte allí: transmite una personalidad que es acorde a lo que piensa y vibra, le guste a quien le guste, con respeto sí, apegado a las formas sí pero queriendo siempre lo mejor para el país.
La tan bastardeada clase política merece más personas así, que aunque se vean como “la oveja negra” digan y sostengan lo que piensan en función de lo que se prometió o lo que se debe hacer o modificarse pensando en el bien general.
En Salto? Bueno, si miramos por acá nomás, el día a día genera asombro para algunos, vergüenza ajena para otros, lo cierto es que el salteño espera un gesto de frontalidad de los políticos.
Pensar diametralmente opuesto a una persona y a pesar de ello pasar a ser soldado de éste último por un cargo, por un grado o también por una promesa (como la de la persona que se abandona) es tan denigrante que literalmente hace desaparecer la credibilidad (si alguna vez tuvieron) de esos salteños que van de un partido a otro de una semana a otra.
La culpa? De todos nosotros, de los que colaboramos a que lleguen a sabiendas de su incapacidad o poco aporte al departamento. La solución? Colocándolos donde deben estar, lejos de un cargo electivo o de cargos de confianza que le permitan ser parte del futuro del departamento.
La receta? Frontalidad y sinceridad aún en aquellas situaciones que serlo nos lleve a perder votos. Diálogo, análisis de situación y proponiendo soluciones, todo para el Departamento, por reclamos personales ya saben a dónde dirigirse.