Las sequías en el URUGUAY, LLUVIAS de VERANO 1964 – 100 mm., 200 mm., 592 mm.
EL clima de nuestro país, templado con influencia marítima, permite cultivos sumamente variados. Sin embargo, la irregularidad de la distribución de las lluvias, por la variabilidad también de los vientos, determina períodos de sequía y períodos de lluvias excesivas, que son desastrosas para los cultivos y el ganado y provocan penurias a la población. Las catástrofes más recientes originadas en el clima han sido las inundaciones de 1959 (mayo-junio) y las sequías de los veranos de 1942-43 y 1964-65. Los períodos de sequía son más intensos en verano, debido a que es mayor la evaporación y menos graves en invierno, porque la evaporación es menor. La sequía del verano 1964-65 tuvo origen en que el invierno y la primavera anteriores fueron secos, y el suelo estaba seco al comenzar el verano; además, la primavera fue corta y fría, y los vegetales no pudieron acopiar nutrientes ni desarrollarse para soportar el verano seco. La evaporación fue favorecida por el desplazamiento de masas de aire sobre nuestro territorio. La sequía se prolongó hasta muy entrado el otoño, pues las lluvias demoraron. Los efectos de la sequía se sintieron en el abastecimiento de agua para la población, en los cultivos, en la falta de pasturas para el ganado, en la paralización de la usina hidroeléctrica de Rincón del Bonete. Durante semanas, el país estuvo atento al intento de salvar los cultivos de arroz en Treinta y Tres; en varias semanas, se construyeron 7 diques de madera, sacos de arena que embalsaron el agua, y ésta, mediante bombas, fue llevada río arriba. El trigo, en cambio, no sufrió por la sequía, pues se cosecha a principios del verano. La mortandad de ganado fue mayor en el norte y en el centro del país; fueron establecidos servicios especiales de trenes para ganado, para llevarlo al sur, y el gobierno dictó un decreto autorizando la faena de vientres vacunos, o sea vacas que pueden tener cría, pero que peligraban morir por la sequía. La sequía se debe no solamente a la lluvia escasa, sino también a la evaporación mayor. Se puede comparar, en los mapas de esta página: la lluvia normal del verano y la evaporación normal del verano; éstas con las de los veranos de sequía. En verano hay normalmente déficit de lluvia, y él es mayor en el norte, aunque llueva más, porque es mayor la evaporación. Y en los veranos de sequía se puede comprobar, restando evaporación menos lluvia, que ese déficit fue mayor aún. En el sur, en cambio, la última sequía fue leve debido a que la lluvia no fue tan escasa ni tan intensa la evaporación. En realidad, conocida la característica irregularidad de nuestro clima, la causa de sus efectos desastrosos, es, más que el clima mismo, la falta de previsión y de defensas. Nuestro país tiene muy escasas praderas artificiales, obras de canalización, riego y perforaciones. Las perforaciones efectuadas en la búsqueda del petróleo habían descubierto napas subterráneas de agua, que en ciertos lugares fueron aprovechadas.
También se hicieron ensayos de lluvia artificial, en la cuenca del río Negro, con yoduro de plata. En otros países, como Estados Unidos, España y Bélgica, se provoca artificialmente la lluvia, bombardeando las nubes cumulares con cohetes que esparcen yoduro de plata, aire líquido o hielo seco (nieve carbónica), lanzando paquetes con estos materiales sobre las nubes, desde un avión, o regando las nubes con agua. Así se provoca un enfriamiento rápido de las gotas de agua de las nubes, su cristalización en torno a los cristales de yoduro de plata, y la ruptura de la estabilidad en que se mantenía la nube, con lo cual sus gotas se precipitan y llueve.
Revista El Grillo editada en septiembre de 1966. Los subrayados son nuestros, ya que cualquier similitud con la actualidad, no es mera coincidencia. La imprevisión de los gobiernos es inconmensurable. Y cabe una pregunta: ¿Se siguen haciendo en Uruguay experimentos de lluvia artificial? En 1966 se hacía, por lo menos así lo dice la nota de El Grillo
