Aproximarse a la reflexión de (Irineu) Riet implica un acercamiento desprovisto de prejuicios. Izquierdista para algunos, tradicionalista para otros… quizás unos de los errores más frecuentes sea intentar colocarlo en este tipo de definiciones. Sin embargo, resulta indiscutible su coincidencia con el pensamiento de Wilson Ferreira Aldunate, su amigo, su referente, su mentor.
-¿Qué significó Wilson?
-Significó mucho. Fue un estadista. La propuesta de Wilson fue la propuesta de cambio. Como elementos fundamentales en su planteo para un desarrollo con sentido nacional podemos destacar: el fortalecimiento de la inversión extranjera; la reforma agraria y la nacionalización del sistema financiero. Esto provocó una gran avalancha de adhesiones y una gran esperanza de la gente que sentís que este era un camino.
-¿Por qué crees que no prosperó?
-Primero, por el fraude electoral del 71, luego por el golpe de Estado del 73 y finalmente por lo acordado en el Pacto del Club Naval para las elecciones de 85. Como el imperialismo sabe a quienes hay que combatir y a quienes hay que apoyar, jugaron fuerte para evitar que Wilson llegara a ser Presidente de la República.
En 2002, Estados Unidos desclasifica documentos. El memorándum firmado por Henry Kissinger revela la charla de Nixon y el primer ministro británico Edgard Heath: “El primer ministro preguntó sobre la situación en Cuba. ‘El hombre, Castro, es un radical’, el Presidente contestó: ‘demasiado radical aún para Allende y los peruanos. Nuestra posición es apoyada por Brasil, que es después de todo la llave del futuro. Los brasileños ayudaron a manipular la elección uruguaya… Chile es otro caso…”.
Después vino el golpe de Estado mediante el cual no solo se evitó que Wilson llegara al poder, sino que, además, en esos años de dictadura se consolidó definitivamente y hasta el día de hoy, el modelo de dependencia económica, con la globalización del capitalismo y del neoliberalismo. Wilson, entonces, se declara enemigo irreconciliable de la dictadura y luego de escapar de secuestro y la muerte de Gutiérrez Ruíz y Michelini, denuncia por el mundo esta situación y condena enérgicamente el régimen militar. Ya desmoronada la dictadura, en el proceso de reconstrucción democrática, el sistema encuentra nuevamente una fórmula para que Wilson no pueda participar del acto electoral que, indudablemente, ganaría. Es así como se diseña una salida sin el Partido Nacional y contra el Partido Nacional, especialmente contra Wilson. Una vez negociada en el Club Naval y acordada la salida, los gobiernos post dictadura han consolidado el modelo impuesto, basado en allanar el camino para mantener el País en el colonialismo extractivista del capital financiero internacional. Para eso era necesario desterrar el proyecto wilsonista, que como tanto otros florecía en América Latina en la década del 60. Ese fue el objetivo de la dictadura cumplido. Primero por imposición de la fuerza y ahora por sometimiento al poder económico del capital transnacional convocado por nuestros gobiernos bajo el rótulo de “inversión extranjera” y transformado en verdadero ejército de ocupación. Aduciendo generar desarrollo, se entrega la soberanía y se permite que los beneficios del crecimiento económico se transformen en suculentas ganancias para los extranjeros dueños del capital y desangramiento para el País a través de las “venas abiertas”, de las cuales hoy, como de tantas otras cosas, no se habla. Se prefiere esconder la cabeza debajo de la tierra.
Datos extraídos del libro Tiren al blanco, la otra historia de Riet, de Rosario Cardozo Arrigoni, Editorial Fin de Siglo.