Dr. Pablo D. Vela Gadea
Si bien los escenarios de las encuestadoras pueden derivar en aciertos o no, en situaciones similares a las que se vaticinan o por el contrario en verdaderos papelones de los estudios de intención de votos, lo real es que el Partido Colorado en Salto debe recomponerse urgentemente.
La saturación generada por la existencia de un solo sector con respaldo arrollador de la ciudadanía, la falta de renovación en otros o la apática forma de vincularse con la gente de otros generó una situación impensable hasta mayo de 2015. Con un candidato votando de manera extraordinaria pero paradójicamente perdiendo la Intendencia comenzó a vivirse una época de roces, de tenso y escaso diálogo, sacando el foco de donde nunca debió salir: la gente, los barrios, el interior del departamento.
Acusaciones cruzadas, algunas con mayor fundamento que otra pero que en definitiva le eran ajenas a la gente, el sostenimiento en las primeras líneas de diálogo de dirigentes que no calificaban para la tarea (de hecho el transcurso del tiempo puso las cosas en su lugar), la negación de la situación que vivíamos como partido (descreimiento de la gente) y algunos factores más nos dejaron hoy en día en una posición incómoda, de difícil manejo y pesada tarea de reposicionamiento.
Por eso algunos decidimos estar, donde uno se sienta cómodo, con quienes uno entienda se sienta más afín y con las formas que cada uno entienda pertinente (aunque ojalá se pierdan algunas malas costumbres).
La generación de esas otras opciones darán un abanico más amplio para que el voto colorado, el que se mantuvo dentro del partido pero sobretodo los miles que castigaron al Partido o a determinado actor político y votaron por fuera, tengan la posibilidad de volver a sentirse representado, con objetivos en común, claros y alcanzables.
Pero hay que estar, sabedores de que a Salto lo hizo grande el Partido Colorado porque a Salto lo hicieron grande los Vinci, los Malaquina y tantos otros dirigentes colorados que forjaron las más grandes e importantes obras del departamento a lo largo de su historia, pero siempre estando, hay que salir, hay que dar la cara para explicar lo malo, lo que no se hizo bien y actuar en consecuencia.
Entre todos podemos seguir haciendo parte de la historia salteña al glorioso Partido Colorado pero modificando la forma, la comunicación y el método de gobierno; nosotros ya en carrera armamos nuestra agenda, sumamos inquietudes que luego elevaremos tanto a nuestro futuro candidato a la banca de diputados y para quien apoyemos de cara a recuperar la intendencia departamental.
Es momento de entender que hay caras, rostros, personas que cansaron a la gente, que abusaron de su confianza y hoy lo hacen costar caro.
Con orgullo entonces salgamos a defender la bandera colorada hacedora de la historia grande del departamento, que los errores individuales de “dirigentes” no opaquen los grandes de aciertos de DIRIGENTES de otros años.
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